Toros

Puerta grande para Paulita en decepcionante corrida de Victorino Martín en Huesca

La ganadería de Victorino Martín volvió a la feria oscense, en la segunda del ciclo, tras 18 años de ausencia, y lo hizo de forma decepcionante, pues sólo el sexto, que fue aplaudido en el arrastre, le permitió al zaragozano Paulita abrir la puerta grande tras cortar las dos orejas.

Si los toros no colaboran, tienen pocas fuerzas, y los matadores no están muy acertados con la espada es difícil que el público se divierta y se entregue en las faenas. Menos mal que el sexto toro y Paulita dejaron al final buen sabor de boca en una tarde aburrida y que decepcionó al público, expectante sobre todo por ver en la plaza a la ganadería de Victorino Martín.

Al toro que abrió la corrida fue complicado sacarle provecho. Hay que decir que todos los astados fueron pequeños y de poco peso pero este primero, con 570 kilos, asustó a todos, aunque al final no dio muestras de mucha fuerza. Ferrera, con muchas precauciones, le dio mucha distancia en los pases y a la hora de matar no estuvo afortunado, aunque por su voluntad recibió al final de la faena aplausos. Tanto en el primer toro como en segundo lo mejor fue la colocación de las banderillas que él mismo puso. El torero puso interés y voluntad pero poco más. Varias series de derechazos y naturales para acabar con un pinchazo y una entera, que despachó a su toro con silencio del público, y sin apenas ver nada.

Diego Urdiales, que reaparecía tras su cogida en Soria el pasado mes de julio, puso voluntad y ganas de agradar dándole seis series de derechazos y naturales a un toro que se caía en alguna ocasión. En el otro volvió a tener la misma mala suerte, ya que volvió a caerse el toro más de la cuenta, tal vez por no saber medir bien el castigo en varas.

El aragonés Paulita, en su primer toro, estuvo nervioso y nunca se encontró a gusto. Impreciso, y con miedo, hizo una faena breve con varios sustos ante su inseguridad. En el que cerró plaza Paulita quiso reivindicarse, y el toro le salió a la medida. Ya de salida se pudieron ver buenas verónicas. Como el toro embestía y era noble se fue creciendo el torero zaragozano sacándole unas buenas tandas de derechas y de naturales. La mejor estocada de la tarde hizo rodar al toro y en consecuencia cortarle las dos orejas y salir por la puerta grande.

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