Toros

Padilla triunfa a lo grande un año después en el escenario del drama

Juan José Padilla, que cortó dos orejas, salió a hombros, pero por la puerta de cuadrillas, en la séptima corrida de la feria del Pilar, en su vuelta al coso de La Misericordia donde el año pasado fue gravemente corneado en la cara. Se lidiaron cinco toros de Daniel Ruiz, impresentables para un plaza de primera, descastados y sin fuerzas, de entre los que sobresalió el sexto; y un sobrero de Garcigrande que hizo quinto al ser devuelto el segundo y correrse turno de Garcigrande, de buen juego.

La vuelta de Juan José Padilla a Zaragoza estuvo llena de emoción y sensibilidad en el tendido, algo que le faltó al presidente del festejo al no concederle la segunda oreja en el cuarto. Cualquier tarde ha regalado trofeos con menos méritos, pero por lo visto ayer no tocaba.

Le faltó sensibilidad por la tarde y mano dura por la mañana al aprobar una corrida demasiado pobre de trapío.

Ver al jerezano con sus hijos en el patio de cuadrillas y luego dar la vuelta al ruedo con su niña puso la piel de gallina a miles de espectadores y hasta a muchos de los presentes se les saltaron las lágrimas.

Pasó la prueba de salir al coso donde se pudo dejar la vida hace justo un año y dejó escrita la historia de que uno de sus pares de banderillas tenía que ser pisando los mismos terrenos en que cayó herido el fatídico día.

Todo sucedió hasta escuchar los gritos más bellos que puede escuchar un hombre vestido de luces: "¡Torero, torero!", a hombros y saliendo por la puerta por la que había entrado.

El Juli no logró meter a su primero en la canasta, no fue capaz de dominar al proyecto de toro, que lo tenía que haber lidiado en quinto lugar, pero corrió turno.

El sobrero de Garcigrande fue el mejor de la tarde y el madrileño lo toreó muy despegado y a la recta, un toreo moderno que encantó al respetable. Se llevó una oreja por pinchar y hubo fuerte petición de la segunda.

Alejandro Talavante tan sólo dio dos muletazos al tercero del festejo, un animal impresentable que el presidente se empeñó en que no fuera a corrales. El toro se fue agotando hasta el punto de no poder ni tenerse en pie. Lamentable. En el que cerró plaza comenzó a la mexicana, para terminar en nada. El toro merecía mucho más.

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