En la tarde del pasado domingo volvieron los toros de Miura a la plaza de toros firme de Acho en un festejo de gran expectación en el que los resultados no han sido acordes con el ambiente generado por los toros de Zahariche en la ciudad de los reyes.

Se han soltado seis toros de Miura, correctos y desigualmente presentados. Complicados, deslucidos, a menos. El de mejor condición y movilidad, el sexto del envío.

Rafaelillo, palmas y silencio; Manuel Escribano, silencio en ambos; Paco Ureña, silencio y oreja. El coso limeño registró más de media entrada de su aforo cubierta.

El primer miuras en Lima se lidió en 1871 y se sostiene que no se estoquearon en su totalidad los toros del Cortijo del Cuarto sino que alguno quedó para padrear en la ganadería local de La Cienaguilla.

Volvieron los miuras e Lima en 1892, importado por Diego Prieto "Cuatro Dedos". Tampoco se estoquearon padrearon en la vacada de Larán.

En 1921, Juan Belmonte y Punteret torearon un encierro completo de Miura en Lima, en la plaza de Acho.

Luego se han lidiado en el ciclo limeño del Señor de los Milagros, Miura en 1952 y 1959, aunque no se lidiaron los encierros completos por morir toros en el viaje.

El último espada en matar un toro de Miura en Acho fue el puertorrealeño Manuel García "Mondeño", en 1959 alternando con Antonio Ordóñez y Diego Puerta.

En 1983, el empresario Mario Paredes Cueva trajo una corrida de Miura al Perú, pero dos toros fallecieron en el trayecto y los restantes no se lidiaron en la plaza firme de Acho sino en la plaza Sol y Sombra, también de la capital de la república.