Toros

Oreja para Castella y López Simón, que cae herido grave, en Albacete

  • Se ha lidiado un encierro de Alcurrucén, bien presentado pero descastado

feria de albacete Ganadería: Toros de Alcurrucén, bien presentados pero descastados y deslucidos. Pitados los arrastres del segundo, cuarto, quinto y sexto, TOREROS: Castella pinchazo y estocada (oreja); y dos pinchazos y casi entera caída (silencio) Perera casi entera caída y tres descabellos (silencio); y metisaca y casi entera caída (ovación tras aviso) López Simón estocada (oreja); y fue cogido por el sexto, al que finiquitó Castella de: estocada y dos descabellos (silencio) INCIDENCIAS: tres cuartos de entrada

Los diestros Sebastián Castella y Alberto López Simón cortaron una oreja cada uno en el tercer festejo de la feria de la Virgen de los Llanos de Albacete, en una tarde en la que el propio López Simón acabó resultando herido por el sexto toro de una descastada corrida de Alcurrucén.

Castella llevó a cabo una primera faena de inteligencia y buena técnica ante un manso que sólo respondió cuando le llevaban muy tapado en la muleta, algo que consiguió el francés, que encadenó circulares y naturales impensables, pues el animal sólo quería tablas.

Pero pudo más la capacidad de Castella, que, además de caldear los tendidos, rubricó su obra a la primera, salvoconducto para lograr el primer trofeo de la función.

El cuarto no tuvo raza y, por tanto, no dijo nada, motivo por el que la faena de Castella fue un imposible ante tanta sosería del de Alcurrucén, con el que no le quedó otra que abreviar.

Perera se estrelló de bruces ante su aplomado y remiso primero, con el que optó por tirar por la calle del medio ante la imposibilidad de pegarle dos muletazos seguidos.

En el quinto sí logró Perera pasajes estimables sobre la mano derecha, aunque lo más emotivo de su actuación fue cuando acortó distancias y se metió entre los pitones del astado, un alarde de valor y firmeza del extremeño, que saludó una merecida ovación.

López Simón demostró en Albacete por qué esta temporada 2015 está llevando su nombre y apellidos. Lo hizo ya en su primero, al que toreó con una quietud, una naturalidad, una relajada verticalidad y un mando fuera de lo común tanto a derechas como al natural.

Faena maciza del madrileño, que toreó como los ángeles a base de temple y mucha expresión. La mala colocación de la espada debió de ser lo que hizo que el presidente lo dejara en una oreja sola, a pesar de la fuerte petición que hubo para dos trofeos.

En el sexto llegó lo peor de la tarde, con la cornada que sufrió López Simón en el muslo derecho cuando iniciaba la faena de muleta. Directo a la enfermería. Se hizo cargo Castella del toro agresor, al que despachó con brevedad.

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