Octavio Chacón ha tenido la oportunidad de que los aficionados limeños comprueben su alto nivel profesional ya que ha toreado en la Ciudad de los Reyes el domingo, triunfando e indultando un toro.

No ha sido en la legendaria plaza de Acho sino en la plaza desmontable Torokuna, pero ha sido una gran oportunidad para que el espada meta baza en Lima. En Perú la fiesta está estructurada a dos niveles: el de máxima categoría que es la capital, y las múltiples ferias norteñas en las que Octavio Chacón se ha ido abriendo paso. El escalón entre esas ferias y la capital es alto, ya que en Acho únicamente se ofrecen corridas de toros en noviembre, con ocasión de la Feria del Señor de los Milagros, donde solamente entran en los carteles figuras internacionales del toreo.

La portátil Torokuna ha estado instalada en el limeño colegio Túpac Amaru en la zona de Villa María del Triunfo, y es el debut de Chacón ante el público capitalino en corrida mixta organizada por la Peña Toro Bravo de Chumpi.

Se han lidiado cinco ejemplares de Santa Rosa de Lima buenos y manejables, siendo indultado el quinto.

Abrió plaza el becerrista Renato Motta con un añojo, vuelta al ruedo. Octavio Chacón, de grana y oro, ovación tras aviso y dos orejas y rabos simbólicos tras el indulto, salió a hombros. Morenito de Canta, de grana y oro, silencio tras aviso; Juan Pedro Herrera, mexicano, de marfil y oro, que sustituyó a El Andy, lesionado en una mano, saludos.

Según informa Burladero Chacón en su primero mostró buen toreo y variado, desde las verónicas iniciales ligadas con chicuelinas hasta los muletazos con clase y poder. Una estocada no bastó, algunos golpes de verduguillo y el fallo del puntillero hicieron que perdiera trofeos y oyera un aviso. Su segundo, pequeño de bonitas hechuras, embistió con clase y humillado. Chacón lanceó con gusto por verónicas y se entretuvo toreando por ambos pitones con la franela, aprovechando la colaboración del animal en faena de menos a más, tomando mejores notas al final, con la muleta por bajo y estirándose para dar mayor recorrido al muletazo.