protagonistas onubenses | Andrés Romero (rejoneador)

Nuevas ILUSIONES

  • Andrés Romero desglosa para nuestros lectores sus planes de temporada, las metas más decisivas para este año, sus nuevos caballos y la experiencia con sus flamantes apoderados

A finales de la temporada pasada Andrés Romero resolvió dar un giro a su carrera. Lo habitual es hacerlo cuando la temporada ha sido mala, se ha toreado poco o simplemente te han dejado porque no eres alguien que merezca la atención del público.

No era este el caso de Romero. La temporada dejó altas las espadas en plazas de mucho compromiso, se remacharon triunfos sobre los que se consiguieron el año anterior y al onubense se le considera con buen cartel entre los rejoneadores de más proyección de futuro en el escalafón.

El otoño taurino dejaba en el horizonte la duda. Más poco le duró el desasosiego profesional. Tres hombres de Huelva no tardaron en ponerse de acuerdo para darle cuerda al reloj y a principios de diciembre, Romero presenta a sus dos flamantes apoderados: los empresarios Óscar Polo y Carlos Pereda. Inexpertos como apoderados, pero sin duda el perfil predilecto que Andrés buscaba en la nueva etapa: el de la cercanía.

El Domingo de Resurrección Andrés Romero se montará a caballo por primera vez en público este 2016. Atrás quedará, ese día, un invierno duro, intenso al que define sobre todo una palabra: ilusión.

En La Corchuela, en plena serranía de Zufre, hay nuevos caballos en manos de Andrés. Y reunión con las gentes que le van a ayudar a echar para adelante la temporada, caso de su cuadrilla y apoderados. Son las nuevas armas para enfrentarse al toro y a lo que venga, porque si de algo convence Romero en su conversación es de que él está aquí para disfrutar montado a caballo y para eso ya tiene en su agenda dos plazas para hacerlo: Sevilla y Jerez.

De todo eso que les hablo y de otras muchas cosas más, da buena cuenta la entrevista que el rejoneador concedió a Huelva Información hace escasos días.

-¿Cómo le va a encontrar la temporada?

-Ilusionado. Consciente de que va a ser una temporada dura por todo aquello que concierne a las contrataciones, pero muy ilusionado y trabajando por esa meta que siempre he tenido presente de que cuando las ocasiones se presenten, las aproveche al máximo.

-Le he escuchado tres veces en muy poco tiempo la palabra disfrutar. Adivino que es uno de los pilares que debe sostener esta temporada.

-Sí, quiero disfrutar. Todo esto lleva mucho trabajo, mucha presión, muchas cosas que tú no puedes manejar. Si después de todo eso no eres capaz de disfrutar con tu profesión, después en la plaza no le vas a dar al público el máximo de ti. Y si no das el máximo posiblemente en esta lucha que tenemos todos los compañeros va a ser muy difícil estar entre los escogidos del público. Todo esto tiene que tener una armonía y si disfrutas el público lo va a hacer contigo, así que esa es mi meta este año.

-Dos temporadas muy intensas en las que quizás la palabra disfrute no cabía y una donde admite esa meta de la satisfacción personal, fruto de la evolución personal y profesional.

-Todo tiene su contrapunto y su ocasión en la vida. Hasta el final de este primer camino ha sido todo muy intenso, con poco tiempo para pararse uno a verse siquiera a sí mismo. Ahora mis apoderados también me lo dicen: hay que disfrutar. Relajarse de esa presión de querer triunfar a toda costa, que así no salen las cosas, y ése es en definitiva al Andrés Romero que se van a encontrar los públicos.

-Los que menos esperaba de apoderados, ahora están ahí.

- (Se sonríe Romero). Siempre lo he tenido en la cabeza y cuando decidimos Jorge y yo terminar, volví a pensarlo. Ya se habían producido otros contactos, propuestas, pero yo sabía que tenía que buscar cercanía, necesitaba ese calor, necesitaba sentir cosas, llegar a una plaza y sentirme arropado. Fue comentarlo, hablarlo con ellos y bastó una comida para sellar ese acuerdo.

-Ilusionado, esperanzado, expectante y sobre todo justificado porque lo primero que llega es Sevilla...

-Pues sí. Creo que se han hecho méritos estos dos años atrás para justificarme en otro cartel, pero si lo que hay que hacer es demostrar más cosas, aquí estoy. ¿El reto de este año?... demostrar con un toro que también tengo condiciones para triunfar en esa plaza.

-Y además, como decía hace pocos días un compañero suyo, ¿Si no está en Sevilla, qué tipo de temporada se puede empezar a plantear?

- Estar en Sevilla siempre es una ilusión sea con un toro, sea con dos o sea como sea. Yo soy Andrés Romero, no soy el Juli, ni Perera ni alguien que tenga fuerza para exigir, así que si la consecuencia es que cada año hay que empezar a convencer, a mí no me falta ni fuerza ni ilusión para hacerlo.

-Ni gente para empujarle a que lo haga, porque nunca ha desfallecido ese apoyo en tardes muy decisivas.

-Esa una de las cosas que todo este tiempo me ha dejado estar muy orgulloso. Cuando he entrado en plazas importantes como mis debuts en Huelva o Sevilla, mi alternativa en La Maestranza e incluso en Madrid, siempre me he sentido muy arropado por la cercanía de mi gente y cuando sales a un paseíllo así ese calor se nota mucho. En definitiva, si hay algo en donde encuentras el sentido de jugarte la vida una tarde es en esa gente que espera cosas de ti y a las que quieres hacer disfrutar.

-¿Recuperado totalmente de ese percance que le hizo cerrar la temporada de forma muy dura?

- Totalmente. Ha sido un trabajo inmenso de todos mis fisios porque tenía realmente la musculatura de la pierna al borde de la cirugía y el mérito de que ahora esté montado de nuevo a caballo ha sido totalmente de ellos. El percance me llegó de una forma muy dura pero eso ya es agua pasada.

-Bueno, en realidad no fue la única dureza de la temporada. Guajiro, un caballo muy esencial en su cuadra también cae herido. Muchas tapias que saltar para esquivar el desaliento.

- Sí, eso es una realidad. Se juntaron muchas cosas en esos momentos sobre las que ya no quiero pensar, pero me agrada saber que en esos momentos duros llegué a encadenar trece o catorce Puertas Grandes consecutivas. Las adversidades me hacen más fuerte.

-Que más es lo que le hace fuerte?

- Ser exigente conmigo mismo. Nunca he llegado a creerme la actuación perfecta porque esa meta la necesito siempre para vestirme de torero. Siempre hay cosas que mejorar en mi mente y eso también te da fortaleza en una profesión tan exigente como esta.

-Además, con caballos nuevos

- Hay dos potros nuevos que el año pasado por motivos de tener que ir con el acelerador pisado no llegué a ponerlos definitivamente pero esta temporada si van a incorporarse a mi cuadra. Uno de ellos es Sol, un potro albino, y el otro es Kabul, un animal con temperamento que me está dando muchas satisfacciones y aunque tiene muchas teclas que tocar, creo que poniéndolo en el sitio llegará a ser uno de los grandes caballos de mi cuadra.

-Va a ser una buena temporada, Andrés.

- Dios quiera que sí.

La tarde, se ha llevado por delante el café, la tertulia con la cuadrilla, los apoderados... Las huestes de una temporada que necesita de guerreros pero también de toreo y arte. El mismo que a la hora de comer le ha echado Santiago, el hermano del rejoneador, a ese arroz negro que nos ha dejado a todos callados a la hora del almuerzo. En La Corchuela, la familia le sigue dando paz y serenidad al torero. Falta le va a hacer.

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