Toros

Morante, mucho duende y poca profundidad

  • El de La Puebla corta dos orejas en Vistalegre pero renuncia a la puerta grande por las protestas

Dos orejas cortó Morante ayer en Vista Alegre, sin embargo, sin llegar a considerarse salvoconducto para la salida a hombros, a la que renunciaría en vista de las protestas, pues fue más el duende y el encanto por lo superficial que la autenticidad y hondura del toreo.

Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y de comportamiento también variado. Terciado y sin fuerzas el primero; el segundo tuvo clase; el tercero manso y deslucido; el cuarto se dejó; noble y muy toreable el quinto; y el sexto, manso y flojo, acabó siendo brusco. Casi lleno.

Morante de la Puebla: media pescuecera (silencio); y estocada trasera y desprendida (dos orejas protestadas que no paseó). Alejandro Talavante: pinchazo, estocada desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso); y tres pinchazos, metisaca, nuevo pinchazo, estocada y dos descabellos (ovación tras aviso). Cayetano Rivera: pinchazo y casi entera caída (leves pitos); y dos pinchazos y trasera (silencio).

El misterio del toreo de Morante es cada vez más enigmático, sobre todo por las reacciones que provoca. Un toreo suave y a compás como dicen los flamencos, con ritmo y cierta gracia alada. Abundante en las filigranas. La gente, sobre todo sus partidarios que cada vez son más, lo viven con locura. ¡Cómo se lo pasan los seguidores de Morante a poco que éste se inspire!. Lo malo es que no saben, o no quieren, diferenciar. En resumen: mucho duende y poca profundidad.

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