Balance de la feria taurina de Madrid

Morante, Téllez y Rufo, destacados de un San Isidro mediocre y con mucho público

  • La media de ocupación de Las Ventas a lo largo de los 29 festejos ha sido de un 80 por ciento

Morante  de la Puebla da un pase a su primer toro durante el festejo taurino de San Isidro.

Morante de la Puebla da un pase a su primer toro durante el festejo taurino de San Isidro. / EFE/Juanjo Martín

Los de los diestros Morante de la Puebla, Ángel Téllez y Tomás Rufo son los nombres más destacados en el balance de una feria de San Isidro de 2022 que resultó mediocre en lo artístico pero que arrojó unos grandes resultados económicos por la gran asistencia de público a los tendidos. Tal vez sea esta última la nota más relevante del abono, pues con un total de 535.516 localidades vendidas -en datos aportados por la empresa Plaza-1-, la media de ocupación de Las Ventas a lo largo de los 29 festejos ha sido de un 80 por ciento, solo dos puntos por debajo de la de la anterior edición de 2019, última celebrada antes de la pandemia.

En cuanto a lo sucedido en el ruedo, este San Isidro ha mostrado el mediocre nivel por el que atraviesa el escalafón, en tanto que solo se han cortado 27 orejas (9 de ellas para novilleros y rejoneadores) frente a las 36 de 2019, así como solo han salido a hombros dos matadores de toros, por cinco en la anterior edición. Los únicos triunfadores de alternativa de este año han sido dos jóvenes espadas toledanos: Tomás Rufo -que sumó tres orejas, alguna muy benévola- en sus dos actuaciones, y Ángel Téllez, auténtico revelación que cuajó tres faenas de mucha autenticidad para plasmar, al igual que Morante en la Beneficencia, el mejor toreo de la feria.

El veterano diestro sevillano ha sido, entre las primeras figuras, el que ha dejado la nota más alta, además de El Juli que, en sus tres desiguales actuaciones logró cortar únicamente una oreja, a pesar de la gran receptividad que encontró en una plaza con la que parece haberse reconcilidado, y de Roca Rey, con una gran autoridad a pesar de no obtener premio tangible. Otros habituales en las ferias no estuvieron a la altura, aunque sin llegar a la gran decepción de la vuelta de Alejandro Talavante, que pasea solo un trofeo de consolación en la primera de las cuatro corridas con las que se anunció como base de la feria.

También dos orejas obtuvo Álvaro Lorenzo, aunque de peso menor, como las que, a una por coleta, se concedieron a Javier Cortés, Curro Díaz, Juan Leal, Rafaelillo, Román, Paco Ureña y el mexicano Leo Valadez, todos más o menos por debajo de actuaciones no premiadas como las de Daniel Luque, Octavio Chacón o Joselito Adame. Mayores méritos hizo para conseguir también un trofeo el madrileño Gómez del Pilar con la dura corrida de José Escolar, en la que además sufrió una de las cuatro cornadas graves que tuvo que atender el doctor García Padrós, contando con las de Rafael González el día de su alternativa, Ginés Marín y el novillero mexicano Arturo Gilio.

Tan bajo nivel artístico resultó más llamativo en contraste con el alto número de toros con posibilidades de triunfo que saltaron al ruedo venteño, más allá de los estrepitosos fracasos de los hierros de Samuel Flores, Juan Pedro Domecq o Valdefresno, en una feria en la que se lidiaron una inmensa mayoría de toros cinqueños. Al menos cuarenta toros, dentro de una presentación de gran seriedad, no llegaron a ser, en su mayoría, suficientemente aprovechados, evidenciando un mayor nivel ganadero que artístico en un abono en el que, además, solo se han devuelto a los corrales siete de los 174 ejemplares anunciados.

Entre los novilleros, ese nivel ha sido más esperanzador, con los que cortaron orejas al encierro de Fuente Ymbro, Manuel Diosleguarde y Álvaro Alarcón, que salió a hombros y fue el único torero de a pie que desorejó a un ejemplar, y con los que no las obtuvieron, pues también brillaron el mexicano Isaac Fonseca y, sobre todo, el valentísimo murciano Jorge Martínez, otro de los nombres propios de la feria. En cuanto a los rejoneadores, el triunfador fue Guillermo Hermoso de Mendoza, que obtuvo tres apéndices el día de su confirmación y protagonizó una de las pocas salidas a hombros, a la que se sumó, subida a la ola del entusiasmo, la amazona francesa Lea Vicens.

Finalizada la feria, y con sus instalaciones notablemente deterioradas tras haber sido también utilizadas como un inmenso bar de copas, antes, durante y después de las corridas, Las Ventas está a la espera de una nueva empresa, cuyo nombre no se conocerá, al parecer, hasta el próximo mes de julio, en medio de una etapa de grandes interrogantes.

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