Toros

López Simón indulta un toro y sale a hombros con Talavante

  • Buen festejo con tres toros de Zalduendo propicios para el triunfo Muy dispuesto Morante de la Puebla pero con mala fortuna a la hora de sortear

segunda corrida de abono de la feria de jerez Ganadería: Seis toros de Zalduendo, en su línea de presentación salvo el feo primero, con tres toros propicios para el triunfo: segundo que se rajó, el indultado tercero y el sexto. El primero desgarbado, manejable, dócil pero sin entrega; cuarto sin raza ni clase y quinto inválido. Sin pasar el rasero de varas, se indultó al tercero "Tonteras" de diciembre de 2011, número 169, mulato de 490 kilos, que volvió solo a corrales Matadores: Morante de la Puebla de celeste y azabache, pinchazo, contraria atravesada y dos descabellos SILENCIO y pinchazo con desarme y corta tendida APLAUSOS al doblar el toro Alejandro Talavantede lila y oro, buena estocada DOS OREJAS y estocada SILENCIO. Salió a hombros Alberto López Simón de obispo y oro, y nuevo en esta plaza, estocada simulada RABO simbólico y estocada tendida OREJA Salió a hombros INCIDENCIAS: Lleno sin apretar, nublado y sirimiri final

Tarde de indulto en Jerez, honor que correspondió a López Simón que ha cuajado una gran presentación en esta plaza, protagonista de un festejo en el que compartió triunfo con Talavante mientras que se fue de vacío Morante, balance achacable a su mal lote.

En otros tiempos - y en esta plaza más- había toros para ovacionarlos en el arrastre, para vuelta al ruedo y de indulto; toros de bandera y toros de vacas. Se valoraban por tres vectores: presentación de salida, bravura en varas y nobleza en la muleta. Sin una buena pelea en varas -repito, máxime en esta plaza- no había ninguno de esos reconocimientos.

Hoy el indulto es muletero, ayer se le perdonó la vida a un toro inédito casi en varas. Se premia el juego de muleta y la fiesta cambia. No pocos ganaderos presentes ayer han visto camino del despiece toros suyos mucho mejores que el de ayer, o al menos con la bravura tasada en varas. Es uno de los signos de cambio de esta fiesta.

López Simón tuvo un toro tercero con movilidad, que salió entero del mero trámite del encuentro con el caballo, que galopó de salida, hasta las últimas embestidas, que acudía a los cites alegre y fijo. Un toro, su primer toro en Jerez, que le permitió mostrar sus calidades, armas toreras e inteligencia y un desempeño que brilla más toreando ajustado en corto.

La verdad es que anduvo lo que se dice muy bien con el toro, convenciendo al público que remató la obra con el perdón de la vida del astado, que aún se fue con buen tranco de vuelta al chiquero después de haberse tragado un ciento de pases.

Galopó el animal desde los iniciales lances a pies juntos hasta ese arranque para volver a la dehesa. Fue al caballo por su cuenta en un relance y apenas cobró, pero se movió en la brega de banderillas. La lidia de López Simón fue larga, variada, basada en cites de largo para parar al toro con la trinchera o por bajo y engarzar las series, para los remates del toreo fundamental, por los dos pitones: ahora el cambio de mano, ahora el molinete, y el cierre del obligado. Tauromaquia fundamental y vistosa, bien ligada y argumentada. Muy bien con el toro, que no extenuaba sus embestidas.

Cuando López Simón empezó a aflojar el cuerpo y desmayarse bajando la mano, la plaza era un clamor y el triunfo rotundo.

Su segundo, otro buen toro pero sin la calidad del tercero, también le dio pie para cerrar el festejo y su presentación cortando una oreja, seguro y muy bien colocado, con sitio y mando en la corta distancia y el clímax final de una serie al natural de mucho peso. López Simón conquistó Jerez.

Lástima que los toros ayer no le regalaran nada a Morante. Su primero -altón y garabato- hizo honor a sus hechuras y ni tuvo entrega ni clase. Mucho torero para eso que aún así porfió con ganas y valor. A su segundo Morante le peleó la verónica de salida, echando pecho a un toro que se le vencía. Morante, muy por encima, le puso valor y ganas pero el toro no. Las excelentes maneras del torero y su cimentado modo de enfrentarse al toro, no dieron fruto. Fruto macizo, porque con un torero de esta clase siempre hay "algo", y no faltó con el capote ni con la muleta en su primero: una media y un natural.

Alejandro Talavante desorejó a su primero, un toro que fue bueno, noble y con recorrido hasta que se rajó innoblemente buscando las tablas. Con lo feliz que estaba el de Zalduendo en el campo, viéndolas venir, y aparece uno de lila y oro a hacerle preciosidades, con el capote y la muleta. Porque Talavante dibujó una faena de muy buen gusto que hubiera sido tremenda de haber durado el toro hasta el final.

Uno no sabe por donde va a salir Talavante ligando genialidades con l capote y la muleta; uno no sabe qué va a hacer, pero cuando lo hace cobra sentido el pasaje en la estética, y en la lidia. Se le vio con muchas ganas de estar en la cara del toro, pero el toro no tuvo ganas al final de estar frente a un Talavante que evidenció en Jerez que es cierto que está en sazón.

Su segundo toro fue un inválido que el presidente mantuvo en el ruedo pese a las protestas y palmas de tango en el tercio de varas. Lo que se imaginaba el respetable pasó en la muleta y el toro rodaba como una mala pelota. Talavante abrevió.

Entretenida tarde por tanto, con el público feliz, indulto ganadero y triunfos en la arena y un gran debut de López Simón. Y que venga más veces. Con los otros dos.

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