El pacense José Garrido, de 21 años, alcanzó el año pasado el liderazgo del escalafón novilleril tras una temporada pletórica, marcada por la regularidad y grandes éxitos en Madrid, Sevilla, Valencia y Bilbao, donde triunfó a lo grande en una actuación en solitario ante seis novillos de El Parralejo. Garrido, quien ha sido apoderado al alimón por Raúl Gracia El Tato y Antonio Ferrera, señala que se ha desligado de este último "porque seremos este año dos matadores en activo y los intereses de cada uno deben ir por separado. Mantenemos la amistad y mi carrera la llevará El Tato". Precisamente, Raúl Gracia, quien se encuentra en América, nos asevera que decidirá en los próximos días dónde y cuándo tomará la alternativa el diestro extremeño.
-José, ¿cuál sería su cartel ideal?
-Me gustaría de padrino al maestro Paco Ojeda. Pero es un sueño muy difícil de convertir en realidad porque está retirado.
-Usted, por su edad, no lo vio triunfar en las plazas vestido de luces...
-Pero lo he visto en el campo y el maestro impacta. Tal como está seguiría siendo figura y fuerte, de los que mandan. Le dije que fuese mi padrino, pero por sus circunstancias físicas no puede ser. Con verlo en la plaza como espectador será un placer.
-¿Cómo ha vivido en su fuero interno su campaña?
-He afrontado empresas fuertes y me veo preparado para el salto de escalafón.
-Tuvo cuatro momentos clave: Valencia, Sevilla, Madrid y Bilbao. ¿Los puede analizar?
-Valencia supuso un impulso moral. Sevilla fue lo soñado, con una tarde mágica y genial por la Puerta del Príncipe. Madrid fue un paso grande, al cortar una oreja en mi presentación. Y Bilbao fue la culminación, el premio al artista y la cima de todo aquello en lo que suponía mi primera encerrona en solitario.
-Se le vio solvente y con aires de matador de toros en esas plazas. ¿A qué se debe?
-A la preparación. A muchos días de dudas, de sinsabores y de sacrificios.
-Independientemente de trofeos y plazas, ¿dónde realizó la actuación que más le llenó?
-La más rotunda con capote y muleta fue en Albacete a un novillo de los Lozano.
-¿En qué ha ganado como torero con respecto a 2013?
-En asiento y despaciosidad, que es lo que más me preocupa.
-¿Torear despacio le obsesiona?
-Es lo más difícil. Llevar prendido al toro en los vuelos, como acariciarlo, es lo más difícil y lo más bello.
-¿Cómo afronta el cambio de escalafón?
-Con ilusión y muchas ganas al estar entre los toreros que más he admirado.
-¿Quiénes son para usted los mejores?
-Los cinco del G5 -Morante, El Juli, Manzanares, Perera y Talavante- por su caché y categoría. Están un paso más adelante. Uno indiscutible es José Tomás.
-¿Qué aspiraciones tiene?
-Me lo tomaré con calma. Debo pensar en el día a día, en el toro a toro. Lo que me interesa e intentaré en cada plaza es ahondar en un toreo más profundo y bello para que el aficionado se fije en mí.
-La planificación para 2015.
-Espero tener cabida en las plazas de relevancia y ganarme el pan de cada día, como se suele decir, que es lo que siempre han hecho los grandes toreros.
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