Toros

Guillermo Hermoso de Mendoza triunfa en su alternativa

  • El estellés corta una oreja a su segundo toro tras una faena con buen nivel

  • Su padre, Pablo, y Lea Vicens, sendas vueltas al ruedo

  • Mala corrida en conjunto de Bohórquez

Guillermo Hermoso de Mendoza, con el trofeo concedido.

Guillermo Hermoso de Mendoza, con el trofeo concedido.

En el mismo ruedo en el que hace dos décadas su padre cortaba un rabo en La Maestranza sevillana, Guillermo Hermoso de Mendoza -que precisamente nacía aquel año- cortaba la única oreja del festejo de rejones tras una actuación triunfal en la que contagió su pasión y garra al público en una corrida de Fermín Bohórquez, que manseó en exceso y cuyos toros fueron a menos durante la lidia.

Con tres cuartos de entrada en tarde de agradable temperatura y con un público distinto, más festivo al de las corridas de a pie, el maestro Pablo concedió el doctorado a su hijo Guillermo con Lea Vicens de testigo en una solemne y emotiva alternativa.

Guillermo, que brindó el toro de la efeméride, 'Sobrio', negro, de 548 kilos a su familia, en la plaza, se las vio con un toro manso, manejable, ante el que concretó una faena excesiva en metraje, en la que peligró 'Disparate', que sufrió un resbalón, saliendo afortunadamente caballo y torero ilesos tras acometer el toro a la cabalgadura. Hermoso logró pasajes de buen toreo, incluido el realizado de salida, encelando bien al astado, y clavando bien. Prendió banderillas cortas y cuando quiso rematar su faena a lomos de 'Pirata' con un par a dos manos le costó una eternidad porque el toro ya era un marmolillo. Mató de un rejón de muerte. Saltó un individuo. En su espalda llevaba escrito “Vox. Vergüenza” y con una pancarta en inglés abogando por la abolición de los toros.

Guillermo, pese a algunas pasadas en falso, como en un rejón de salida y en una banderilla, mantuvo un buen nivel ante el manejable sexto. Faena que llegó mucho al público, en la que se manejó bien montando a 'Disparate' y 'Brindis' y en la que estuvo acertado al clavar y arriesgando. Prendió con acierto un par de rosas a lomos de 'Pirata' -de la cuadra de su padre-, que puso a parte del público de pie y un sensacional par de cortas a dos manos por los adentros que volvió a enloquecer al personal para matar de rejón de muerte y un descabello y cobrar la única oreja del festejo.

Pablo Hermoso de Mendoza -ausente voluntariamente desde 2010 en la plaza de Sevilla- se enfrentó en primer lugar al segundo de la tarde, un ejemplar manejable, que fue a menos. Con su capacidad y oficio tapó muchos defectos del astado en una faena que comenzó con dos rejones de salida y en la que clavó con acierto en banderillas, con 'Berlín', hasta que el toro quedó aplomadísimo, cerrando con unas cortas montando a 'Alabama'. La obra fue emborronada por el fallo con el verduguillo, tras un rejón de muerte. Escuchó palmas.

Con el mansísimo cuarto, que ya desde su salida se refugió junto a toriles, Pablo tiró de su maestría fijando al astado. Faena inteligente y valor, con algunos destellos de suma calidad, como un recorte que simuló una trincherilla o una entrada por los adentros que se vivió como un profundo muletazo. Después de tres cortas y un rejón de muerte dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja.

Lea Vicens anduvo entonada ante el manso tercero, que sin embargo en banderillas acudió con pies. Emocionante galope a dos pistas sobre 'Bético'. La labor, con entrega, resultó desigual y la rubricó con siete pinchazos y un descabello.

Con el manso quinto, que mugía y esperaba a las cabalgaduras, Vicens marró en varias ocasiones en la distancia, pasando en falso. Tampoco brilló a la hora de clavar las banderillas. El público muy cariñoso, alentó en todo momento a la amazona, que dio una vuelta al ruedo.

Sin duda, lo más noticiable en un espectáculo con carencias en lo artístico y ganadero, fue la triunfal alternativa del joven Guillermo Hermoso de Mendoza . El delfín del maestro apunta.

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