Feria de nuestra señora de la salud

Frío en un tendido de las 'andalucías'

  • Muchos profesionales entre el público y poca gente para un buen cartel

En estas andalucías que a los franchutes tanto trabajo le costó conquistar y que les supuso la primera lección de lo que era una derrota a las tropas napoleónicas (Bailén) no gustamos en el fondo de ser demasiado fieros. Por ello, cuando vienen toros que son de todo menos pastueños, los tendidos aparecen demasiado vacíos. Hoy podría hacerse una crónica de los que vieron la corrida desde sus casas, por ejemplo mi amigo Almenta, ex buen portero de futbol-sala que hacía zapping entre el Córdoba CF y la corrida ya que ésta fue televisada. Bien es verdad que otros aficionados, como Miguelez, presidente de la peña Los Oliveños, una peña con varias decenas de años de existencia a sus espaldas, se presentó en la plaza.

En la plaza estaban lo que se dice “los cabales”, con una nutrida representación de toreros y ex toreros: El Puri, con traje corto de chaquetilla burdeos y sombrero cordobés; Chiquilín, que iba de durse, trajeado con una americana de color platillo volante, incluido el brillo plateado; Alberto Luna, el torero de Pozoblanco; Zurito, José Luis Villafuerte...

Por fin acudió Rosa Aguilar, que ayer hizo novillos y hoy se presentó de verde unida y azabache. También Rafael Blanco y José Antonio Nieto, así que podemos decir que estuvo la terna al pleno.

Más poética era la presencia de Pepe de Miguel, insigne poeta de la ciudad que nació allá por cuando murió Joselito El Gallo y que parece tener un pacto con el diablo o quizá se rejuvenece recitando versos. Hubo aficionados que llegaron desde Granada, encabezados por Eduardo Rodríguez, Gabriel y otros pesos pesados de la Unión de Abonados de la ciudad de la Alhambra, una institución allí a la que teme todo el taurinismo oficial. Repetían en su palco del 10 los jóvenes aficionados del Aula de Tauromaquia de la Universidad, quienes hace poco organizaron en la ciudad un encuentro con alumnos aficionados de otras universidades del país. Otra asociación, la cultural taurina de Montoro también desplegó ayer su pancarta en el palco.

José Antonio Soriano, ex Director General de Juego y Espectáculos de la Junta, que ahora ha pasado a ocupar cargo en la Consejería de Justicia ocupaba un burladero de callejón, señal tranquilizadora de que las cosas cambian pero todo sigue igual y de que su afición no era intrínseca al cargo.

Un punto y aparte se merecía la ex miss España Raquel Rodríguez, discreta en le tendido del 1 pero difícil de obviar para los que andaban cerca. Entre los que sólo tenemos nombre en el listín telefónico se respiraba ayer sabiduría. Eran pocos pero conscientes de estar asistiendo a un acontecimiento serio, alejado de la fiesta que a veces son los toros, por ello ayer los tendidos respiraban cierta solemnidad que sólo rompió un grito desde el Sol reclamando que los toreros se fuesen a torear allí; no fueron, como era lógico, porque ayer no hubo sol, lo que hubo es un arranque final del dios Eolo que nos heló las venas a todos. Menos mal que la oportunidad de ver toros distintos mantenía al público atento, serio, solemne, muy Mezquita, alejado del que vendrá el sábado y del que ya habrá tiempo de hablar.

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