Toros

El Fandi y Garrido salen a hombros para cerrar la Feria de Valladolid

última corrida de la feria de valladolid Ganadería: Se lidiaron seis toros con los hierros de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez. Bien presentados aunque de justa cabeza, ha sido muy buenos tercero y cuarto, ambos aplaudidos en el arrastre. Han sido manejables el primero, segundo y sexto aunque éste duró poco. Muy desclasado resultó el quinto. TOREROS: Curro Díaz, saludos y oreja. El Fandi, dos orejas y oreja. José Garrido, dos orejas y oreja. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Valladolid. Gran entrada sin llegar al lleno en tarde de un calor sofocante.

Los diestros David Fandila, El Fandi, y José Garrido cortaron tres orejas cada uno y salieron de la plaza a hombros al término de la quinta y última corrida de la Feria de Valladolid, festejo en el que también Curro Díaz consiguió un apéndice.

Curro Díaz hizo desmonterado el paseíllo no por presentarse en Valladolid, donde ya lo hizo en 2004, sino a causa de las heridas sufridas el día antes en Tarifa. Ante un toro manso pero manejable, protagonizó una faena armoniosa y pinturera que paladearon con gusto los espectadores. Con el descabello, el diestro perdió la oreja.

De gusto, desmayo e inspiración hizo gala Curro Díaz durante el segundo toro de su lote, una faena armónica en la que cada uno de los lances se saborearon con fruición. Luminoso, diferente y personal, su actuación fue un regalo de aire fresco en una tarde de tórrido calor.

Dos largas cambiadas en tablas con ambas rodillas en tierra fueron el prologo a un quite por chicuelinas tan airoso como colorista de El Fandi. Con la muleta realizó una faena muy larga, de altibajos, pero que conectó muy bien con los tendidos, que no cesaron de aplaudirle a pesar de que mató con un bajonazo en la suerte de recibir, eso sí de efectos fulminantes. En el segundo de su lote formó un alboroto con las banderillas ante un toro de agresiva embestida. Con la muleta la labor no terminó de llegar a buen término porque el toro no estaba para florituras. El Fandi, no obstante, lo intentó. Gran tarde la suya.

José Garrido recibió por verónicas a su primero, muchas y correctas. Volvió a quitar por verónicas en el centro del ruedo y se metió al público en el bolsillo. Luego, con la muleta, fue una sucesión de series con ambas manos en una faena muy larga que terminó con un arrimón en el que expuso mucho, todo entre el clamor de los tendidos. La capacidad de la escondida técnica de Garrido se puso de manifiesto en su segundo toro, sexto y último de la feria, con el que exhibió mucho mando y temple, aunque le duró poco.

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