Toros

Diego Ventura y Paco Ojeda, en su retorno, a hombros

El veterano diestro Paco Ojeda, que regresaba a los ruedos como rejoneador, salió a hombros al final de la goyesca de rejones que le enfrentó mano a mano con Diego Ventura, triunfador real de la tarde con el corte de cinco orejas. Dos épocas muy distintas del rejoneo, representadas por el veterano Paco Ojeda y el arrollador Diego Ventura, salieron hoy a hombros por la puerta grande de la plaza de toros de Ronda, en el festejo ecuestre que desde hace años complementa la tradicional corrida goyesca.

Ojeda, figura máxima del toreo a pie en los ochenta y rejoneador de vanguardia en el salto de siglos, volvía a los ruedos como jinete tras nueve años de ausencia y después de superar un cáncer. Y tuvo una discreta actuación que fue premiada con dos orejas.

Le costó acoplarse con su primero, un toro tan noble y manejable como todos los ejemplares de la divisa de Los Espartales. Con algunos caballos prestados por su rival en este mano a mano, el caballero sanluqueño acusó tanto tiempo de inactividad.

Pero se rehizo con su segundo, que galopó con clase y permitió que Ojeda le clavara banderillas con frontalidad y dejándoselo llegar al estribo en una faena algo esquemática realizada siempre en los medios.

El quinto toro se lastimó al saltar al callejón, y el veterano rejoneador tardó un tanto en centrarse con él. Fue de mitad de su larga faena en adelante cuando llegaron los mejores momentos, en un par a dos manos y con las banderillas cortas, para cortar así la segunda oreja que le franqueó la puerta grande.

Diego Ventura es una de las máximas figuras de este tiempo, cuando el rejoneo ha llegado a cotas muy altas de perfección. Y fue así, sobre su numerosa y cualificada cuadra, como el sevillano se hizo el amo de la tarde cortando un total de cinco orejas.

Con todo, no estuvo Ventura muy certero clavando banderillas en el primero, aunque mantuvo el tono de la lidia. Y remontó con el cuarto, un toro mansón y manejable, al que hizo una faena de menos a más hasta llegar a un vibrante final marcado por un sensacional par a dos manos y un carrusel de rosas clavadas en todo lo alto y con gran entrega.

En el sexto, el toro de menos volumen de la corrida, Ventura compartió el tercio de banderillas con el sobresaliente del mano a mano, el cavaleiro portugués David Goves, que sorprendió por su pureza. Siempre en rectitud en los embroques, el jinete luso aprovechó con creces la oportunidad y se mantuvo al gran nivel que también demostró Ventura con este toro de la apoteosis final.

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