Toros

Debut triunfal de Roca Rey

decimoctavo festejo de la temporada en sevilla Ganadería: Novillada de Villamarta, de desiguales hechuras y presentación y de comportamiento dispar. Los mejores, cuarto y quinto. TOREROS: Filiberto, de rosa y oro, que hacía su presentación. Estocada (saludos tras ovación). Entera trasera (oreja). Roca Rey, de canela y oro, que hacía su presentación. Casi entera (oreja). Pinchazo y media (oreja). Pablo Aguado, de rioja y oro. Pinchazo y estocada (saludos tras ovación). Estocada entera (oreja). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Jueves 4 de junio de 2015. Festejo conmemorativo de la festividad del Corpus. Algo menos de4 media entrada. En banderillas saludaron Manuel Odero y Álvaro López Azuquita tras parear al tercero y Roberto Ortega en el cuarto. Roca Rey fue antendido en la enfermería de un pitonazo que produjo evisceración en un testículo, que requirió de varios puntos de sutura.

Todavía con el olor maravilloso a juncia y romero de la procesión, la conmemoración del Corpus se trasladó por la tarde a la Maestranza, con ese desfile litúrgico que es el paseíllo, encabezado por Filiberto, Roca Rey y Pablo Aguado, quienes como decían los revisteros estuvieron en novilleros; jugándose el tipo sin miramientos ante una novillada de Villamarta, bien presentada y de juego dispar, en la que el triunfador fue Roca Rey, quien cortó dos orejas y cayó herido; ganando también un trofeo Filiberto y Aguado en un espectáculo que mantuvo en todo momento el interés del público, que llenó en su mitad la Maestranza.

Roca Rey, con ese aire de monaguillo en su semblante, apunta trazas ya de cardenal del toreo en el ruedo. Con tan sólo 18 años posee una madurez increíble. Llegado de Lima, con antecedentes taurinos y bajo la tutela de José Antonio Campuzano, su descubridor, impresionó en su debut en Sevilla por un valor desmedido y un registro amplio de recursos. Puede ser un torero importante, largo y de largo recorrido.

Con el manso y complicado segundo, se mostró firme en una faena en la que aguantó y mandó con la zurda y en la que robó muletazos arriesgados con la diestra, con el novillo mirando y midiendo. Mató con decisión al primer envite y fue premiado con un trofeo.

El quinto, sin que fuera un animal que se entregara, embistió mejor y vimos, de nuevo, a un novillero derrochando valor sereno y apuntando buen toreo. Comenzó de rodillas en los adentros, alternando muletazos con la diestra. Ya en las afueras, consiguió dos tandas con temple por el pitón derecho, una de ellas con ligazón y cambio de mano. Con la izquierda, sacó algunos naturales sueltos de buen trazo. Los mejore llegó en una serie con la izquierda, ya cerrado en las rayas, con muletazos suaves y muy ceñidos. Con el epílogo por luquecinas el público vibró. Tras un pinchazo, se tiró nuevamente a ley para enterrar media espada determinante a cambio de un pitonazo en la zona de los testículos. Dio la vuelta al ruedo con el trofeo, totalmente merecido, y de esa manera se fue a la enfermería.

Filiberto estuvo muy decidido en su actuación. Con el cornidelantero que abrió plaza, con movilidad, que acusó un puyazo mal dado y fue a menos hasta entablerarse, el murciano realizó una faena porfiona, con altibajos. Mató bien, al hilo de tablas, de estocada.

Con el cuarto, un novillo chico y suelto de carnes, Filiberto se mostró muy decidido en una faena bien estructurada, consiguió los mejores muletazos con la diestra. En el cierre, con un circular invertido y un serio arrimón, cosechó muchas palmas. Mató de estocada entera trasera y fue premiado con una oreja.

El sevillano Pablo Aguado fue quien mejor toreó con el capote. Sin acoplarse en su primero, se entregó con un arrojo excelso ante el sexto. Al tercero, flojo, lo recibió con una verónicas en las que jugó muy bien los brazos. Elevó incluso el tono en un quite en el que brilló una lenta verónica, con el broche de una suave media. Su trasteo en las afueras, con un ejemplar con movilidad, pero que unas veces se frenaba y otras daba tornillazos, estuvo salpicado de enganchones.

Con el peligroso sexto, Aguado estuvo hecho un jabato. Se jugó el tipo con el capote, recibiendo al astado en los medios con tres faroles. De pie fue arrollado de manera brutal por el novillo. Continuó el torero con agallas y nuevo susto, intercalando chicuelinas, con la música sonando por su gesto y parte del público de pie. Con la muleta cruzó nuevamente la raya roja. En las afueras, con la izquierda, sufrió otras dos cogidas. Se libró milagrosamente de la cornada. Apenas podía respirar. Tuvo capacidad y mérito para robar muletazos. Una estocada entera fue el punto y final para ganar merecidamente un trofeo.

Gran tarde la que ofrecieron los tres jóvenes valores, con un Roca Rey con capacidad de matador de toros y con un entregado Filiberto y un arrojado Aguado, quienes también van por buen camino.

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