Era previsible que el debate sobre la declaración de Bien de Interés Cultural para las toros marcara posicionamientos intensos desde cada uno de los grupos políticos.

Desde la rotunda defensa de la misma por parte del PP, UPN y UPyD hasta esa ambigüedad en la que, por razones de conciencia y "diversidad de pensamiento" argumentó el PSOE la abstención, se encuentra la postura en contra por "razones nacionalistas" de los grupos catalanes y vascos, a los que se sumó ayer el voto en contra de Izquierda plural.

Una jornada que la comisión de representantes del toro comenzó en el Ministerio de Cultura, recibidos por Fernando Benzo, responsable de asuntos taurinos del Ministerio, antes de partir hasta el Congreso de los Diputados, donde se había concentrado una gran masa de aficionados y defensores de la Fiesta.

Este no es sino el primer paso para que, con la admisión a trámite de esta norma, la iniciativa pase a debatirse en la Comisión de Cultura del Congreso, en la que los distintos grupos parlamentarios tendrán ocasión de realizar sus aportaciones.

Posteriormente, se discutirán y votarán para que, con competencia legislativa plena, la normativa pase a la Cámara Alta, donde se introducen de nuevo enmiendas, y ya pasa directamente al Pleno del Congreso, que dará luz verde a la normativa de forma definitiva.

Todo esto llevará el trámite a finalizar allá por el mes de septiembre y dejará expedito el camino para que los toros vuelvan de nuevo a los ruedos catalanes.

De las claves del debate que tuvo lugar en la cámara de representantes destaca la sorpresa positiva que para el sector taurino ha supuesto la sólida respuesta a todos y cada uno de los grupos, en defensa del sí a esta iniciativa por parte de Toni Cantó, representante de UPyd.

Una amplia representación de matadores de toros, entre los que se encontraban Juli, Manzanares y Perera, el empresario Simón Casas y ganaderos como Juan Pedro Domecq, asistieron ayer desde la tribuna de invitados al Congreso a una sesión que resulta particularmente histórica e importante para el mundo del toro, sobre todo si se tiene en cuenta que, a pesar de los argumentado por sus detractores, la Fiesta ha encontrado hasta el momento más de 4.200 ayuntamientos que ya la declararon como Bien de Interés Cultural y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.