Toros

Brando Campos, un novel con buen concepto

  • El mexicano, formado en la 'Fundación El Juli', fue premiado generosamente con dos orejas · Héctor Roberto y Ferrater Beca, con demasiadas carencias

GANADERÍA: Erales de Herederos de Salvador Guardiola, correctamente presentados y de juego variado. Los mejores, tercero y quinto. TOREROS: Héctor Roberto, de blanco y plata con chaleco dorado. Estocada que asoma y bajonazo (silencio). En el cuarto, estocada (silencio). Ferrater Beca, de verde y oro. Dos pinchazos, media y un descabello (silencio tras aviso). En el quinto, pinchazo y casi entera (silencio). Brando Campos, de blanco y plata. Estocada (dos orejas). En el sexto, pinchazo, estocada y 7 descabellos (silencio tras aviso). Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Jueves 7 de julio de 2011. Media entrada. Rafael Guerrero Guerrerito saludó tras banderillear al quinto.

Noche espléndida. Familias enteras cargadas con neveras y refrigerios. Y de los tres novilleros, sólo uno, con el esportón repleto de ilusión. Se llama Brandon Campos, es de Querétaro (México) y se está forjando en la Fundación El Juli, en Arganda del Rey (Madrid). Tiene un buen concepto del toreo: dominio -le gusta llevar embarcados a los novillos con la mano baja y alargar el muletazo- e intentar torear con lentitud. Ese concepto, tan difícil de plasmar sobre el ruedo, lo consiguió por momentos ante su primero, del que le concedieron dos orejas de una manera exagerada. Pero la Maestranza hace tiempo que perdió el rumbo y lo mismo se indulta un toro que no ha hecho una gran pelea en el caballo, que se regalan trofeos.

Brando Campos tuvo enfrente como primer oponente a un astado bien presentado y manso, pero que metía bien la cara, y al que entendió perfectamente. Primero, los sujetó con doblones dominadores. Y luego, con ligazón, brilló especialmente con la diestra en varias tandas en las que empleó como recursos algunos falleros -muletazos por la espalda- y cambios de mano. Se gustó en pases de pecho suaves y a la vez mandones. Cerró con manoletinas muy ceñidas, siendo arrollado en una de ellas. Y coronó su gran faena, tirándose de verdad y propinando una estocada de la que rodó de manera fulminante el novillo. De las dos orejas concedidas, con una bastaba si es que alguien quiere que esta plaza continúe teniendo etiqueta de rigurosa.

Con el reservón sexto, la labor fue a menos. Lanceó con gusto a la verónica. Y comenzó con la franela dibujando muletazos lentos y de mano baja con la diestra. Cuando se echó la muleta a la izquierda llegó una cascada de enganchones y el trasteo fue deslavazado. Para colmo, anduvo mal con los aceros.

A Héctor Roberto, de la Escuela de Écija, y Ferrater Beca, de la de Sevilla, se les vio con excesivas carencias para una presentación en Sevilla, a tenor de sus muchas carencias. Tampoco demostraron el arrojo que se supone que deben tener estos incipientes torero.

Héctor Roberto, recibió al primero con una larga cambiada descompuesta -se quitó antes de que llegar el novillo a jurisdicción-. Con la muleta, en un cite fuera de cacho, sufrió un revolcón, afortunadamente sin consecuencias. No dio con la clave a la hora de torear al eral. Con el complicado cuarto, el trasteo fue irrelevante.

Ferrater Beca, de la Escuela de Sevilla, pasó sin pena ni gloria. Únicamente destacó en un par de buenas verónicas a su primero. Mal colocado, su trasteo pasó de puntillas. Estuvo por debajo del manejable quinto, de nuevo citando siempre fuera de cacho.

Sin duda, ésta segunda novillada de promoción distó mucho del festejo de apertura, donde el nivel fue mayor. En esta ocasión, un mexicano, forjado en Madrid, que posee un buen concepto del toreo se alzó como triunfador.

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