La chica de las visiones se fue convirtiendo en uno de los personajes de peso en El internado y su papel en la serie de misterio de Antena 3 la ha proyectado a nuevas aventuras profesionales. Forma parte de la última película de Almodóvar y comienza en breve a grabar los episodios de otra serie de Globomedia para la cadena de Planeta, El barco. Blanca Suárez (Madrid, 1988) presentó en el FesTVal vitoriano esta última temporada del internado La Laguna Negra.

-Los días finales de grabación de El internado se vivieron en medidas extremas de seguridad para que no se desvelara nada. Pero al menos nos podría decir que sintió cuando grabó su última escena...

-Al terminar la grabación lo único que podía hacer era hartarme de llorar. Lloré mucho, sí, al margen de lo que pase, o no, en el final. Al terminar algo como El internado te sientes rara. Se termina una etapa de tu vida. Ves que concluye algo que ya no volverá a ser lo que era.

-Pero pronto estará usted montada en El barco...

-El director de casting de Globomedia, Luis San Narciso, habló conmigo tiempo atrás sobre este proyecto. El barco tiene muy buen pinta y estoy encantada por habeme enrolado en él.

-¿Es casi un relevo de El internado por el género de misterio?

-Puede tener detalles que recuerden a El internado, pero es otro tipo de historia. Hay también mucho misterio. Unos estudiantes también están ahí, en el buque escuela que parece enfrentarse al fin del mundo, en un océano sin tierra...

-¿Cómo fue su fichaje con Pedro Almodóvar'

-Almodóvar me llamó directamente para hacer el papel En la piel que habito. Ha sido un papel no demasiado largo pero ha sido una experiencia deslumbrante. Es especial trabajar para directores como él.

-¿Cómo es Almodóvar en pleno trabajo?

-Conmigo se ha portado estupendamente. Es una persona muy exigente y trabajadora. Yo lo vi muy tranquilo en el rodaje.

-¿Siente que en su carrera se están precipitando los acontecimientos?

-Tengo que aprovechar esta racha. Ahora tengo que disfrutar de lo hecho en televisión y en el cine y, sin parar, seguir adelante.