Directores de la serie como Pilar Miró, Mario Camus o Antonio Drove, estaban en desacuerdo con que Curro Jiménez tuviera un final, como se pedía. Miró incluso decía que "le daba pena" que le dieran matarile al bandolero, como sucedió en realidad con el barquero de Cantillana, y que acabaran acribillados en cualquier peñasco El Estudiante o El Algarrobo. En 1979 se emitía, como un capítulo aparte, especial, el reclamado último capítulo de Curro Jiménez en TVE. El rey de Sierra Morena picaba billete para América. Curro se iba al Caribe con su hijo de diez años, un hijo del propio Sancho Gracia (y no era Rodolfo Sancho, que entonces era un bebé).

Al dejar a Curro vivo, Antena 3 creyó que era oportuno rescatar al personaje, como ahora acaba de proponer TVE, según ha confesado el propio Sancho. La cadena privada retomó el personaje en 1995, instalado el bandolero en tierras sudamericanas para hacer el bien entre los pobres, como un adelantado de El Zorro. El Algarrobo y Jorge Sanz también andaban por allí. Álvaro de Luna dejó su papel en Farmacia de guardia por seguir de escudero de Curro. Pepe Sancho, siempre más escéptico, creyó que no eran tiempos para desoxidar el trabuco. Y acertó. Curro Jiménez, el regreso de una leyenda fue un fiasco de mucho cuidado.

En estos tiempos en los que la ficción nacional ha evolucionado en cantidad y calidad, en estos años de Águila Roja, parece abrirse una rendija a la nostalgia. Al socaire de la lacia Bandolera, la sombra del bandolero televisivo parece erguirse. Sancho Gracia, que no ha parado en este último lustro pese a los achaques, sigue adelante con su serie de grandes estadistas hispanoamericanos y ve con buenos ojos resucitar a Curro, del que nunca ha renegado.

La serie de bandoleros era casi una excentricidad en la triste TVE de finales de los 70. La producción comenzó a rodarse, curiosamente, el 14 de abril de 1975. El rebelde de la sierra, dispuesto a echar una mano a los más desfavorecidos sin perder la sonrisa ni la navaja, se tenía que enfrentar a los soldados franceses. Con Franco vivo no era políticamente correcto que tuviera que liarla con alcaldes o gobernadores, para que nadie pudiera leer entre líneas. Curro no podía entonces disparar contra un carabinero. Eso no se podía contemplar. Ajustar las cuentas a los caciques tuvo que aguardar a la tercera temporada, la que se emitió en el democrático 1978 (y después de que Sancho Gracia pidiera el voto para UCD, polémica que aún se recuerda en estos tiempos).

Curro Jiménez comenzó a cabalgar el 22 de diciembre de 1976, justo una semana después del referéndum aperturista. Se emitieron del tirón las dos primeras temporadas, con 32 episodios. Curro fue un símbolo para los espectadores de la Transición. Pero habría que remozarle mucho la cara para que encarara la TDT de la crisis.