Robson green, 'grantchester'

"En los 50 se ocultaban las cicatrices de la guerra"

  • Paramount Channel ofrece esta serie británica de un pastor detective

  • Green es el inspector Geordie Keating al que ayuda el religioso a resolver sus crímenes

Robson Green como Keating, un veterano de guerra de vuelta a la Policía.

Robson Green como Keating, un veterano de guerra de vuelta a la Policía. / paramount channel

Grantchester reúne los casos del pastor anglicano de su población, Sidney Chambers (a cargo de James Norton), personaje literario de James Runcie. En el Reino Unido de la inmediata posguerra el religioso forma tándem de investigación con el inspector Geordie Keating, veterano de guerra que interpreta el actor inglés Robson Green y que explica a este periódico cómo es esta serie de la británica ITV que esta noche, a las diez, ofrece en abierto una entrega doble el canal Paramount.

-¿Qué le atrajo para aceptar Grantchester?

El pueblo le cuenta todos los secretos al pastor, lo que podría ser una herramienta para un inspector"

-Llega un momento de tu carrera en que quieres disfrutar de todo lo que haces. Me enviaron los guiones cuando estaba en Tailandia rodando otra serie, Strike Back, y en una hora dije que sí. Los guiones son tan relevantes ahora como lo fueron en los años 50 ya que trata temas universales. Durante la grabación no se modificó ni una palabra.

-Keating se hace amigo del párroco Sidney Chambers ¿qué puede adelantar de la relación?

-Mi personaje creció en el norte de Inglaterra pero fue destinado al condado de Cambridge. Luchó en la Segunda Guerra Mundial, lo que marcó su carácter y le convirtió en un hombre de pocas palabras. El inspector es una buena persona, con una mentalidad clara de la justicia, que sabe lo que es perder a un compañero y también conoce el lado oscuro y las motivaciones que pueden llevar a alguien a cometer un asesinato.

-¿Por qué su personaje acepta que le ayude un pastor?

-En principio le echa del despacho, pero Keating se da cuenta de que el pueblo le cuenta todos los secretos al pastor, le confiesan sus pecados, lo que podría ser una herramienta para un inspector. Se convertirán en un perfecto tándem para descubrir la verdad que esconden los crímenes.

-¿Y cómo es su compañero, James Norton?

-Es una estrella en el auténtico sentido de la palabra. Su carisma le convierte en el mejor capitán posible de este barco. Es una joya y estoy convencido de que va a llegar a lo más alto. Seguí muy de cerca su interpretación en la miniserie Happy Valley y es fascinante la transición que hizo de un asesino en serie a este encantador pastor. Cuando conectas con alguien en la vida real eso se transmite en la pantalla. No tengo más que buenas palabras.

-¿Cómo es el complejo personaje de Geordie en su vida familiar?

-Es un hombre dedicado a su mujer y a sus hijos. Uno de los golpes más duros a los que se enfrenta es ver a su hijo agonizar con la tos ferina ya que la medicina no había encontrado su cura en la década de los años cincuenta.

-Grantchester está basada en las novelas de James Runcie, hijo del fallecido Robert Runcie, cura de esa villa que más tarde fue Arzobispo de Canterbury ¿La fe impregna las investigaciones?

-Tuve el privilegio de conocer a Robert Runcie cuando interpreté a Jesús en York Mystery Plays en 1992. No soy una persona que crea en que puedes resolver los problemas confiando en Dios, nunca lo he sido. Pero envidio a las personas que tienen fe porque creo que son más felices. "Vivir y dejar vivir", es mi lema. Me leí las novelas de James Runcie cuando me dieron el papel y el propio autor me dijo esto: "Lo único que quiero que hagas es vivir bajo la sombra de la muerte, quiero que recuerdes lo que hizo la Segunda Guerra Mundial a estas personas. Todos sabemos lo que es amar a alguien y qué sucede cuando algo traumático rompe nuestras vidas". Creo que la gente en la década de los 50 ocultaba sus cicatrices de la guerra y quedó latente una especie de inseguridad oscura.

-¿Qué le pareció grabar en el mismo pueblo de Grantchester?

-Los vecinos fueron encantadores. Jugamos con ellos incluso un partido de cricket.

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