Visto y Oído

Un misterio

POR supuesto que uno puede vivir prescindiendo de ver las cuatro raciones semanales de La 2 Noticias y no pasa nada. No enfermará. Nadie le va a penalizar. Probablemente dormirá tan tranquilo y necesitará exactamente idéntica medicación, de acuerdo a su diagnóstico, que quien dedique su tiempo libre a ver el programa de los cítricos, en versión naranja y limón. Menuda acidez.

¿Se puede vivir sin estar al tanto de las cuitas de Javier Marías con el mundo de los teatreros, sin ir a ver Manchester frente al mar, no habiendo pisado un estadio de fútbol en tu vida, o incluso al margen del debate entre Iglesias y Errejón? Por supuesto que se puede, y hay cientos de miles de ejemplos de gente que sobrevive al margen de la actualidad cultural, política e incluso de la deportiva. Millones. Más de los que nos imaginamos en cuanto salimos de nuestro círculo y nuestra forma de confort. ¡Pero si incluso hay gente temerosa a la muerte que ni siquiera sabe que está viva, que hay vida antes de la muerte! Ni caminan con Bach, Sondheim, Arthur

Miller o Alberto Conejero como cómplices necesarios.

A lo que iba. Asumo que en su vigesimotercer año de vida La 2 Noticias continúe siendo un espacio minoritario, lo que no deja de llamarme la atención es el porqué de su renuente audiencia. Lo emiten tarde, de acuerdo. Pero llama la atención que de los millones que consumen televisión a esa hora sosegada que es la medianoche, solamente uno de cada cien espectadores opte por sintonizar con esta opción.

El informativo que presenta Mara Torres ha cambiado de grafía e imagen corporativa, pero continúa presentando un menú único. Insustituible. Logrando que el espectador se vaya a la cama entendiendo mejor el mundo que le rodea y abruma. Se acuesta más sabio. Que suscite tan poca curiosidad sigue siendo un misterio.

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