TV-Comunicación

La madrileña Barei y su tema en inglés pican billete

  • Decepcionante gala eurovisiva ofrecida anoche por La 1 donde venció sin sorpresas el tema 'Say Yay!'

No se sabe qué se producirá antes si un pacto de gobierno o una gala eurovisiva digna en TVE. Lo de anoche fue apoteosicamente cutre, con un ritmo de programa de compadres, sonido de tómbola y detalles como el logotipo de aspecto de cartón o el llamado backstage de convite en una nave. Anne Igartiburu, algo nerviosa, hablando de Escocia y trastabillando en demasiadas ocasiones. Al lado de La Voz o Tu cara me suena (incluso, por Dios, Se llama copla), esta gala fue de fiesta de Primaria.

Pero casi era peor el surtido de canciones seleccionadas. Viendo un año más el nivel local tenemos merecido ir en el furgón de cola de Eurovisión. No hubo grandes interpretaciones, no hubo excelentes intérpretes y ninguno de los temas tienen esa cualidad de engancharse al oído, sorprender o simplemente encandilar un poco. Venció la favorita, Barei. La madrileña Bárbara Reyzábal, de 33 años, que compuso su Say Yay! que fue lo menos malo del lunes. Un tema para voz potente, electro-machacón, con inspiración godspell. Todo en inglés, tendencia del festival. Barei fue la más votada por el público y por cada uno de los tres jurados (Edurne, Loreen y el divo Carlos Marín. Reunió 114 puntos frente a los 94 del Loreen masculino, el murciano Xuso Jones.

María Isabel, tercera gracias a la opinión del público, llegaba desde atrás y defendió bien La vida es sólo una, pero esta medio rumba de diva disco suena añeja, de sonido como de diez años atrás, no es un tema afortunado para mandar al cogollo nórdico. La experiencia jugó a favor de la entusiasta onubense, de maillot negro y brillos, pero no fue suficiente. Xuso aupó su sonsonete escandinavo que se asoma al plagio del sueco Heroes. Victorious hubiera sido digno de haber sido descubierto hace un lustro. A día de hoy no es demasiado original. En el actual Eurovisión prima la innovación y en TVE se empeñan siempre en llegar tarde.

Say Yay! ya destacó desde el desangelado arranque del programa. Tras una entrada coral a lo Jimmy Fallon los aspirantes entraron en play back (los fragmentos que además fueron los repetidos en la captación de llamadas ) para decepcionar todos en la voz en directo por culpa de un sonido defectuoso. A los oídos desde casa sonaban desafinados el abrahamateo de Maverick o el nervioso Salvador Beltrán, que venía avalado por Alejandro Sanz y que fue el más votado por el jurado internacional: un jurado de enemigos. La peor interpretación de lejos, la de Electric Nana, de la que se tenían ciertas esperanzas de ruptura. En el vídeo de presentación ella se definió como bilingüe, pero con cantar en inglés no basta para sonar moderno y eurovisivo. Pero si hay que hablar de pronunciaciones, Nana es mucho más correcta que la ganadora Barei.

El certamen de TVE, de todas formas, no ha despertado gran interés en los eurofans y antes de ser elegida la canción española ocupaba ya en las casas de apuestas el puesto número 24. La favorita por ahora es Rusia, con Sergey Lazarev, seguida de Suecia, la anfitriona, Alemania, Noruega y Australia, pese a que no han confirmado su participante. Tras confirmarse que es Barei la que pica billete la cosa no mejora y España se hundirá más en estas previsiones y vuelve a pintar oscuro para la representación ante el continente. En Estocolmo se confirmará este desastre sufrido anoche por los espectadores de La 1.

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