Vuelta esperada

La desgarrada voz de Carles Francino al relatar su experiencia con el covid

  • El conductor de 'La ventana' ha regresado hoy a su programa tras 47 días de ausencia por la enfermedad y tras haber sufrido incluso un ictus tras ser contagiado por el coronavirus por un familiar que falleció en abril

Carles Francino este lunes en la apertura de 'La Ventana'

Carles Francino este lunes en la apertura de 'La Ventana' / SER

Carles Francino ha regresado este lunes a su programa vespertino en la SER, La Ventana, el más oído en su franja. Llevaba más de un mes sin ponerse ante el micrófono y la audiencia aguardaba reencontrarse con el veterano periodista catalán. Este regreso a la radio ha sido muy emocionante ya que Francino se ha desgarrado el alma en su relato de cómo ha vivido estos 47 días de ausencia.

Tuvo que abandonar el programa para guardar cuarentena, tras haber sido contacto con un positivo, pero a los pocos días tuvo que ser ingresado de urgencia en el hospital madrileño concertado Fundación Jiménez Díaz al agravarse sus síntomas. Llegó a sufrir incluso un ictus debido al virus aunque no le ha dejado secuela y ha pasado un mes en la UCI. Llegó a perder mucha musculatura e incluso la voz, como ha comentado entre lágrimas esta tarde.

Francino no sale de su sorpresa de cómo la gente ha dejado de acordarse de los sanitarios, con su trabajo ejemplar como ha vivido. Están volcados en su labor tan imprescindible, pero también están cabreados con la reacción inconsciente vivida en este fin de semana a raíz del fin del estado de alarma.

El periodista de La Ventana apela a la fuerza del cariño, en su agradecimiento personal y de su familia por lo sufrido, como tantos cientos de miles de personas, en estos meses. "Si el cariño fuera una hipoteca yo estaría pagando plazos lo que me queda de vida", ha comentado abrumado.

Recomendó no perder el tiempo en peleas absurdas, una de sus sentidas reflexiones en una tarde de agradecimiento y emoción.

"¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios? ¿Dónde han quedado aquellos aplausos a las ocho de la tarde? Bueno, por si acaso, y dado que lo acabo de vivir en primera persona, sólo recordar que todos los homenajes, los agradecimientos… se quedan cortos. Son como un enjambre: a todas horas, en cualquier circunstancia. Neumólogos, neurólogos, intensivistas, cardiólogos, enfermeras, pruebas, análisis, controles, la atención primaria como primera barrera, como primer filtro… ¡Es que no paran! Y eso que hay momentos en los que les notas cansados, asustados también… y cabreados, desde luego", ha expresado Francino.

"El covid ha afectado a mucha gente, a muchísima, pero a otra mucha no. Y tengo la sensación de que en ese segundo colectivo, mayoritario por suerte, las alusiones a muertos, a contagiados, a hospitalizados… pues como que ya sobran, molestan, ¿no? Sólo así se explican algunos comportamientos. Y sí, claro que determinados discursos políticos o decisiones erróneas fomentan esos comportamientos. Pero hoy no quiero entrar en eso. (...) a mí me ha llegado muchísimo y a veces lo olvidamos, que es invocar la fuerza del cariño. Título de una película, ya lo sé, pero también -al menos en mi caso- una reivindicación", ha expuesto.

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