TV-Comunicación

En el centro de las cosas

  • El reportero sevillano Julio Muñoz, que perteneció a 'Andaluces por el mundo' o 'España directo', forma parte del equipo de conexiones de 'Las mañanas de Cuatro'

Una vida sacrificada. En la calle para estar en el meollo de la noticia. Un trabajo intenso, difícil. Con un reverso de una vida trepidante, divertida, o con momentos dramáticos para la historia, como el terremoto de Lorca. Una misión para aquellos necesitan cambiar día a día, que no pueden anquilosarse con el mismo trabajo siempre. Así es la vida del reportero sevillano Julio Muñoz, para quien esta profesión es algo maravilloso, pero también tiene su parte negativa: "A mí han llegado a dejarme novias por esto".

Julio es un periodista sevillano que ha tenido una larga estela en televisión. Desde que decidiera iniciarse en el periodismo muy pequeño al ir de excursión a Radio Nacional y enamorarse del entorno, no ha parado. Desde Andaluces por el mundo hasta España Directo pasando por programas de Canal Sur como Sindicados. Actualmente forma parte del equipo de Las mañanas de Cuatro, del que dice ser el programa con el que más está disfrutando. El reportero de televisión sabe dónde empieza el día, pero no dónde lo acabará. "Cada tarde me dicen dónde voy a estar al día siguiente, pero ni cuánto tiempo, ni cuándo vuelvo". ¿La única solución? La previsión ante todo, por ello Julio asegura llevar una segunda maleta con él a diario, con ropa y zapatos , "Por si acaso...".

Eso sí, el aburrimiento es imposible, sobre todo en un programa como Las mañanas de Cuatro donde Julio Muñoz se encuentra trabajando ahora: "Hay que ser muy polivalente". Para comprobarlo no hay más que seguir su trayectoria, ya que un día se le ve en el incendio de La Jonquera que con la Selección Española en la Eurocopa. Si el aburrimiento es imposible, es muy difícil mantener las relaciones con la familia, amigos o una pareja: "Tienes que pagar muchísimo de teléfono, es la única manera de poder mantener lazos".

La vocación es un tema clave para este periodista, y que debe estar en la personalidad de todo plumilla. Claro que este sacrificio es el que hace posible que haya podido visitar lugares impresionantes, lo que más le gusta a Julio. A nivel personal, las relaciones se establecen de una manera diferente, se quedan pendientes algunos de los aspectos de una vida normal, desde cosas tan básicas como ir a un gimnasio o tan importantes como tener hijos. "Ahora es imposible, como no me los llevara en el macuto...".

Los medios de comunicación son el soporte, pero todos tienen sus ventajas e inconvenientes. Julio Muñoz diferencia entre los que hacen televisión y los que hacen periodismo en televisión. Unos buscan el reconocimiento por la calle, y otros lo que quieren es ejercer su profesión libremente. Al final todo se resume en la vieja ley de redacción que dice que el "Autor siempre tiene que estar fuera del textoW. En el caso de Julio, al que el terremoto de Lorca le pilló allí y se le cayó el campanario encima ante las cámaras de La 1, también él fue noticia.

Pero si hay algo a tener en cuenta en el reportero es la inconsciencia que es necesaria para desarrollar esta profesión ¿Un punto? No, mucho más. "El reportero no se queda en la superficie sino que tiene que meterse en el lugar donde han ocurrido los hechos". Quienes ya llevan muchos años en la profesión dicen que cuando les sucede algo a ellos en lugar de a otros, no acaban de creérselo, se siguen sintiendo observadores. "Es el 'A mí no me va a pasar', hasta que te quemas, pero es algo necesario". El periodista de raza, como se dice, es el inconsciente, el arriesgado, el que decide eliminar las precauciones que otro ha puesto y que, en palabras de Julio Muñoz: "No hacen falta".

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