TV-Comunicación

Veinte años marcianos

  • Bertín Osborne reúne hoy en T-5 a Xavier Sardá y a Boris Izaguirre dos decenios después del inicio de 'Crónicas marcianas', que revolucionó la noche

Boris, Sardá y Osborne, en el programa.

Boris, Sardá y Osborne, en el programa. / Mediaset

Hace algo más de veinte años el venezolano Boris Izaguirre fue descubierto como agudo polemista y provocador con tintes exhibicionistas en Moros y cristianos, formato profeta de La Sexta Noche y tantos otros donde las ideas no se venden si no es con un punto de demagogia encendida. Xavier Sardá fue el primer anfitrión de aquel macrodebate de una Telecinco que se despegaba de la etapa de Lazarov (era la época de Caiga quien caiga, Médico de familia, el Mississippi). Pepe Navarro era el señor del late, con la difunta Veneno y asuntos así, en un declive con olor a descomposición acelerada que no notaron en Telefónica cuando tiraron de talonario para ficharlo para animar Antena 3.

La cadena de Berlusconi reaccionó encomendando la medianoche al de Moros y cristianos, un Sardá que triunfaba en las tardes de la cadena SER con La ventana. En septiembre de 1997 (Saber y ganar ya llevaba siete meses, por cierto) , comenzaba Crónicas marcianas, una versión más blanca del late-show que se tornaría entre verde y marrón con los años. Sardá sacudió la noche y la refrescó con su compinche Galindo y las clonaciones de Manel Fuentes. Navarro fue derrotado a medias entre la soberbia y la ineptitud. Al planeta de Sardá se le sumarían al poco el extremeño Mariano Mariano y la gaditana Paz Padilla, pero sobre todo el venezolano Izaguirre, novelista en potencia, un tipo sin ningún complejo dispuesto a bajarse los pantalones y que llegó a su culminación nudista ante Concha Velasco. El público se lo pasaba bomba y por fortuna aún no se habían inventado los realities. O no lo sabíamos.

Bertín Osborne reúne hoy en Mi casa es la tuya a Sardá y a Boris, dispuestos a evocar aquella etapa y qué ha sido de ellos a lo largo de estos años. Crónicas se mantuvo en antena hasta el verano de 2005, cuando Buenafuente les comió parte del pastel. El equipo había quedado muy afectado por el repentino fallecimiento del productor ejecutivo Joan Ramón Mainat. Su hermano Josep Maria y Toni Cruz, miembros de La Trinca, habían fortalecido la productora Gestmusic a través de estas buenas noches y OT. Con el fin de Crónicas todo volvió a removerse entre quienes formaron parte del show y ya nada volvería a ser lo que fue. Los de La Trinca dejaron incluso la propia productora que fundaron.

Boris, feliz escritor y articulista, no tuvo suerte en las tardes de Cuatro y los regresos del ahora contertulio Sardá por las privadas se cuentan por indiferencias y discreciones. Volvieron a reunirse en las noches de Telecinco, incluso con Mercedes Milá, en 2009, con La Tribu, que sufrió un gran batacazo. Ya nada volvía a ser como aquel ingenuo planeta rojo que eclosionaba en 1997. Hoy, con Bertín, toca al menos brindar por los gratos recuerdos de ellos y los espectadores.

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