Sí. Como era de esperar la última gala de Gran Hermano 11 vino repleta de confidencias y polémica, mucha polémica. Alegrías para el lado oscuro, aunque la jugada no saliera del todo como hubieran deseado, y la esperada entrevista de Indhira, que tras ser expulsada por el programa se despachó de lo lindo contra el que fuera su pareja o rollito (allá cada uno con sus interpretaciones) en la casa de Guadalix. La malagueña se mantuvo tranquila ante las preguntas de Milá y acusaciones de sus compañeros, incluidas las de la hermana de su Arturo, e hizo alarde de "aguantar el tipo", como sus propias palabras indicaron, no sólo ante las polémicas imágenes de la fatídica noche con Carol, sino de las escenas subiditas de tono con Arturo (con su madre como espectadora).

Pero el jueves no terminó ahí, pues lo que quedaba por llegar era aún más palpitante. Toscano, el que se autodenominó "el español" cuando discutió con Tatiana, la rusa, fue expulsado; ni sus peticiones al colectivo de discapacitados de España sirvieron para que el murciano saliera de la casa con más de un 40% de los votos. El joven también mostró una gran sinceridad ante las preguntas y vídeos de Mercedes Milá, quizás la que le faltó durante los tres meses de concurso. Llegó al plató de Telecinco con un ejército de toscaninis esperándole, que durante la entrevista le rindieron su máximo apoyo. Mercedes se despidió de la casa. Aguarda ahora una larga semana sin nominados y en la que habrá mucha tela que cortar.