Es la avanzadilla de una producción española de calidad concebida para canales de pago, a modo de la vanguardia en Estados Unidos. Canal + tras la dramedia con tintes de docu-reality de Fernando Trueba, ¿Qué fue de Jorge Sanz?, se mete de lleno en el drama y en la intriga de la mano de Fernando Bovaira en la producción y con la dirección de Jorge Sánchez-Cabezudo. Los ocho capítulos de Crematorio llegarán a partir de este lunes y con Pepe Sancho al frente de una historia que analiza la corrupción urbanística en España desde de un municipio imaginario. Crematorio está basada en la novela de igual nombre de Rafael Chirbes, Premio Nacional de Crítica 2007.

Sancho interpreta a Rubén Bartolomeu, un constructor que emprende el proyecto inmobiliario denominado Costa Azul en la localidad valenciana de Misent y que entreteje una red de ambiciones y fraude que corrompe a la comarca. "Trata bien a los que le rodean, siempre y cuando no pierda la mayoría absoluta", resume Sancho, quien al reflexionar sobre la corrupción en España, apunta a que se creó una mafia local que se desarrolló muy deprisa, a diferencia de otros países. La historia familiar de los Bartolomeu se convierte en ejemplo de lo que ha sucedido con la especulación inmobiliaria en decenas de localidades españolas.

Alicia Borrachero, Juana Acosta Pau Durá y Aura Garrido completan el elenco de una esperada serie cuya banda sonora cuenta con la voz de Loquillo. Este estreno de Canal + se respalda, pese a todo, con una subvención del gobierno autónomo valenciano, y se ha grabado en más de una decena de ciudades levantinas (incluidas Benidorm o Elche), las que dan forma al imaginario Misent. La ficción tiene un presupuesto de 5,5 millones, a la altura del coste de producciones como Águila roja, aunque los capítulos duran 60 minutos.

"Nunca se puede hacer un villano sin más, sino que hay que recrear una maldad pausadamente creíble. Para mis personajes utilizo mis propios impulsos", explicaba ayer Pepe Sancho.