TV-Comunicación

Un 'GH' de risa y pantomima

  • El próximo jueves se celebra la final del veterano 'reality', una edición envuelta en la polémica por la elección de sus concursantes y con evidentes signos de agotamiento

Va llegando a su fin el Gran Hermano más longevo de la historia del programa. 144 días de convivencia, casi cinco meses de vida en directo, que celebrarán su final el próximo jueves. Una edición que ha manifestado signos de agotamiento, lo que no es de extrañar cuando el reality emite su duodécima edición, y que para muchos ha perdido todo, o al menos parte, de la esencia del concurso. El espíritu al que no renuncian sus seguidores, pero sí la propia organización del programa; a juzgar por el mal casting de este GH 12. Concursantes que parecen salidos de Mujeres y hombres... y que, descaradamente, pasaban de la experiencia. Tanto es así, que incluso el programa se vio envuelto en la polémica tras verse obligado a tomar una decisión sin precedentes expulsando a dos concursantes por hacer una pantomima para enriquecerse después en los platós. Si a esto añadimos la participación de una pareja de novios en las últimas, que están aprovechando el momento para aumentar los ceros en su cuenta corriente aunque sea a consta de vender su crisis en televisión por fascículos, ya está todo dicho.

La vida en directo ha contado este año con 22 concursantes, de los cuales seis son andaluces. Cádiz ha sido la provincia con más representación de esta comunidad autónoma. Durante los meses de convivencia, los 'valientes' de Gran Hermano 12 pueden presumir de haber protagonizado la edición con menos broncas y polémica (aunque haberlas las ha habido, evidentemente) pero sí la más vaga. Han perdido casi todas las pruebas y se han dedicado a robarse comida los unos a los otros. La figura de Mercedes Milá ha sido, una edición más, la única referencia al longevo espacio de Telecinco. Desde plató, cada semana abogaba por el espíritu tradicional del programa en el que hay que "convivir, sacar lo que se tiene dentro, ser auténtico, fiel a sí mismo, no fingir, ni tratar de ser otra persona". Pero terminan los cinco meses a medio gas. Al menos conquistan los finalistas, Marcelo y Laura, que viven un amor de verano dentro de la casa y que han protagonizado una de las historias más reales de la presente edición, optan al tan ansiado maletín junto a Yago, un modelo internacional con muchos amigos en la tele y, para colmo, concursante repescado.

Ahora, empieza para ellos la auténtica aventura de Gran Hermano. Los sálvames, norias y bolos por las discotecas de toda España, mientras que los fanáticos del programa se quedan con las ganas de ver algo más auténtico, como lo que había antes. Y es que a la audiencia no se le puede engañar cuando le venden gato por liebre. Menos mal que se nota que el equipo, la productora y la cadena, se lo toman muy en serio. Y desde casa se les agradece.

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