Se abre el telón y aparece el Pequeño Nicolás. No es ningún chiste, ni ningún meme de los muchos que protagonizó hace unos meses. Así empezó anoche Gran Hermano VIP, como un gran espectáculo. El chico, tras hacer una entrada triunfal en plató, aseguró que una de las cosas que va a echar de menos es saber quien será el próximo presidente del Gobierno y afirmó que le gustaría ser él. Pero parece que como no ha encontrado sitio en el Senado ha decidido entrar en Guadalix. Más de media hora dedicaron a la presentación del joven. El mimado de la edición quedó claro desde los primeros minutos. Intentaron darle el mismo protagonismo a Rosa Benito. La colaboradora de la cadena y ganadora de otro reality prometía ser la gran estrella de la edición,pero el aspirante a político le ha restado importancia a su participación. La cuñada de Rocío Jurado fue otra de las pocas en ser entrevistadas.

El casting VIP de esta vez supera el listón que el año pasado dejó Belén Esteban, también presente ayer en plató para no sufrir celos. Lo de VIP es por llamar al formato de alguna forma que suene glamurosa, porque la mitad de los concursantes no son conocidos. Pero lo importante es dar juego y seguro que lo darán pese a ser famosos frustrados y aspirantes a expertos en hacer bolos en las discotecas. Los primeros en entrar en la casa, sin tener entrevista en plató como el mimado Nicolás o la protegida cuñada de la Jurado, fueron la hija de un colaborador de Sálvame, Kiko Matamoros, y el hijo de su mujer. Aunque al presentador Carlos Lozano, en esta ocasión concursante por necesidad, no le quedó claro quien era hijo de quien. A ellos se unieron la concejala de Castilleja de la Cuesta expulsada de Ciudadanos, que dijo que seguro que al partido político le parecerá "escandalosa" su participación. Tronistas, pretendientes, ex grandes hermanos, el amigo de Chabelita, la colaboradora Raquel Bollo, los olvidados Lucía Hoyos, Rappel, o el hermano de los Rivera completan el elenco del show que no bajará el telón hasta dentro de tres meses.