Entrevista a Manu Sánchez

"Canal Sur no hay que cerrarla, hay que abrirla a los andaluces"

  • El humorista y presentador sevillano es participante del más competido 'Tu cara me suena'

Manu Sánchez y Manel Fuentes ante el clonador de 'Tu cara me suena'

Manu Sánchez y Manel Fuentes ante el clonador de 'Tu cara me suena' / Atresmedia

–Estaba cantado que usted no alcanzaba la final de Tu cara me suena por la competencia vocal de esta edición ¿eso le molesta?

Tu cara me suena es el formato más entretenimiento más popular. Yo me dedico al entretenimiento y esto es un regalazo, una oportunidad, cómo me va a molestar aspirar o no a ganar. Este programa tiene forma de concurso pero en realidad cada uno de nosotros somos como una pieza de ajedrez. Cada uno en su función nos lo hemos currado todos porque Tu cara me suena es muy exigente.

–Soraya, Mimi Doblas , María Villalón, Carlos Baute y Jordi Coll han sido los elegidos este viernes los finalistas de tal vez la edición más competida.

–Sin duda es la edición más fuerte. Entre los concursantes hay perfiles de cantantes y otros más cómicos, como es mi caso. Y no lo digo como descarga, sino como exigencia. En nosotros recae el humor en el programa, entre canción y canción, en la interacción con el jurado. Yo medio entono y como he descubierto que soy bailarín...

Bailando con las estrellas le puso a prueba y terminó siendo la sorpresa. Llegó a la final.

–Fue una experiencia vital de categoría. Llevo mucho tiempo hablando de que el entretenimiento es cosa seria, pero no triste. Es lo más serio del mundo.

–Esperábamos que se arrancara un día en Tu cara me suena como Manolito Santander o como El Libi disfrazado de Papa...

–Es cosa del pulsador. Yo he pedido hacer algo del Carnaval de Cádiz o de Triana. Supliqué que me tocara Carlos Cano con Verde, blanca, verde. El pulsador es sabio porque tiene que equilibrar con el inglés, el rock, algo vintage, un éxito en youtube. Cada uno tiene que pasar por todo durante la edición y entre nosotros equilibrar las actuaciones de cada noche. A mí también me hubiera gustado hacer el tema de Brácula de Chiquito. Se me quedan peticiones abiertas para cuando vaya otro día como invitado.

–Este programa se ve también mucho en América.

–Es el programa español que se ha vendido en más países. Nos llegan mensajes de Venezuela, de México, de Estados Unidos, donde siguen la versión española.

"La imitación mía que ha despertado más cariño ha sido el inspector Gadget. Me paran los niños"

–Por su voz tenía difícil disfrazarse de algunos de sus intérpretes.

–Sabía a lo que me enfrentaba. Si te llaman de un programa como este es porque como poco entonas. Medio defenderte no significa que controles todo el aparato fonador. No es cantar con tu tesitura, es imitar. Si hasta los mejores cantantes han tenido malas noches en personajes que se les ha atravesado, los que no nos dedicamos a cantar en un día malo se nos nota más...

–El Kanka fue su personaje más atinado.

–Y Javier Gurruchaga, pero el que ha despertado más cariño ha sido el inspector Gadget. Me paran los niños para hacerse fotos sólo por este motivo.

–Le vemos ya en La Banda ¿pero todo esto no es una comedia?

–No podríamos ser tan buenos actores. No seríamos capaces de impostar durante tantas noches el buen ambiente que se siente en Tu cara me suena. Yo formo el escuadrón suicida con José Corbacho y Anabel Alonso; y también está el humor sutil de Brays Efe, que es un gran tipo, como Jordi Coll. Carlos Baute es un cantante que va más allá y Soraya hace lo que quiera. Mimi no es sólo una chica de los éxitos de hoy, sino que ha descubierto lo versátil que es. Y es de Huétor-Tájar, nada menos. Y el gran redescubrimiento es otra andaluza, María Villalón.

–Los andaluces cantamos muchas más cosas que copla y sevillanas...

–Sólo hay que asomarse para ver el talento artístico de los andaluces... Vanesa Martín, Paco León, Pablo Alborán, Antonio de la Torre, Pablo López, Eva González, Roberto Leal. Hay que rendirse a la mina de talento que hay en Andalucía. Pero siempre se viaja para fuera. Hay que dar cobertura a ese talento desde dentro...

–¿Cómo fue la coincidencia con Roberto Leal en Bailando con las estrellas?

–Eso sí que era un concurso puro, con eliminatorias. Nunca había probado ni la competición ni el baile. Cómo no me iba a apuntar. Detrás estaba Gestmusic, era una ventana nacional e iba a estar con Rossy de Palma, Fernando Guillén-Cuervo, Bustamante. Lo hice porque tenía que aprender. Tenía al lado a Mireia, una bailarina supertrabajadora, ingeniera química. Ella era catalana y yo andaluz. Me gustaba el mensaje que podíamos dar en esos momentos.

–Arriesgó, pero sorprendió porque remontó lo impensable.

–Sabía que me estaba exponiendo. Yo no le tengo miedo al mamarrachismo, pero no me gusta hacer las cosas mal. Aprendí vals vienés, bachata, chachachá. Fueron horas de ensayo, de caracterización, el propio cambio físico...

–¿2018 ha sido su mejor año?

–Empecé bailando y después llegó Tu cara me suena. Ha sido un año de proyección, y los dos programas los he podido compaginar con la radio, el teatro.

–En el teatro es donde se encuentra cara a cara con su público.

–El público encuentra otra faceta de mí en el teatro. Las salas se llenan y eso es un honor. Llevo adelante tres obras: El rey solo, El último santo y El buen dictador. No son monólogos, tienen su escenografía, vestuario, no soy yo quien hablar. Es una trilogía sobre el poder. El rey solo la inicié hace siete años, con el final de Juan Carlos I; El último santo, sobre la Iglesia y cuando se destapó tanta corrupción, quien aparece es el Satán de los siete pecados capitales; y en El buen dictador, con los populismos, la dictadura y la democracia, soy el Dios del Antiguo Testamento. Lo escribimos hace año y medio, con propuestas delirantes, exageradas... y ahora me ha salido la competencia de Vox.

"Creo que el espectador, el usuario, está sobreempoderado. Todo el mundo cree que su opinión es la única"

–¿Cómo surgió lo de entrar en La cámara de los balones de la SER?

–Todo fue resultado de una jugada curiosa. En Canal Sur me propusieron las tardes de El público, pero no podía comprometerme por Tu cara me suena. El Yuyu se hizo con ese hueco y dejó La cámara de los balones. Acepté porque al ser por la mañanas, media hora, sí podía conciliarlo. La cámara es líder en su franja. Tenía ganas de escribir a diario y con el compañero de viaje, Fran Ronquillo, voy con él al fin del mundo. Ponga un Fran Ronquillo en su vida. Antes lo admiraba como oyente, desde que empezara el maestro Araujo. Y el equipo de deportes de Radio Sevilla se vuelca con nosotros.

–¿Cómo va en la faceta de articulista y autor de libros como Surnormal profundo?

–Me gusta trabajar en todo lo que sea nuevo para mí y si en lugar de tres personas intereso y gusto a cuatro, mejor, pero no es cuestión de pretender gustar a todo el mundo. Si en una mesa de una boda no puedes reunir a diez personas que a todos le gusten las gambas, que es algo casi unánime, yo no puedo aspirar a gustar a todo el mundo. Creo que el espectador, el usuario, está sobreempoderado. Todo el mundo cree que su opinión es la única. Yo sigo siendo fiel a mí mismo y me preocuparía si viera el teatro medio vacío.

–¿El humor tiene límites, como se debate tanto ahora?

–En el humor no hay nada ilegal pero cada uno se define con su sentido del humor. El humor es como la libertad de expresión: no debería tener limite legal, pero sí hay que asumir sus consecuencias.

–¿Le veremos otra vez en Canal Sur? ¿Qué futuro otea para nuestra autonómica?

–No sé si volveré a salir en Canal Sur. La solución de Canal Sur no es cerrarla, hay que abrirla a todos los andaluces. Que el director general lo elija el Parlamento, hay que evitar las productoras pata negra y que todo no esté en manos de los LEPO (los Lúcidos Estafadores Pagadores Olvidadizos). El programa de Juan y Medio, por ejemplo, funciona en audiencia y hace un servicio maravilloso. El problema de Canal Sur no es lo que tiene, es lo que falta. Le falta la Andalucía joven y urbana, complementaria a lo que ahora sale. Nadie como Canal Sur le puede dar la importancia a nuestras cosas como el Carnaval, el Rocío o la Semana Santa.

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