Crónica de la primera gala

Berto, el osado primer eliminado de 'MasterChef 10'

Berto, el primer eliminado de 'MasterChef 10'

Berto, el primer eliminado de 'MasterChef 10' / RTVE

MasterChef 10 nos presentó a sus 50 aspirantes a por los 15 puestos para entrar en la temporada. Ya en la fase previa se ha quedado de todo: había perfiles diferentes y llamativas que llamaron a la puerta, como un vendedor de prendas eróticas de Melilla y un voluntario en África que creó el peor plato que ha pasado por el programa, según el paladar de Pepe Rodríguez. Claro, ha sido el peor plato probado porque en su momento nadie le hincó el diente al pájaro muerto en lo alto de un plato, de Saray. Qué tiempos, antes de la pandemia y la guerra.

 La décima edición cuenta con una quincena de aspirantes de donde se espera sacar un "super masterchef", como podría ser la sumiller Julia. Por capacidad de gusto no va a ser.  Contamos con una Tamara Falcó bis y una Ofelia 2.0. Y Jokin, un vasco de poderío y un paisano suyo que canta rumbas gitanas, Adrián. Ojo con Julia, sumiller de papilas afiladas. Y tenemos a Yannick, el singular y eurovisivo vendedor de Ikea, de gruesa estampa y voz aflautada, que promete ser más allá de un personaje. También está la ex pareja formada por una rentista madrileña y una desempleada chiclanera de origen chino. El libro de la temporada ya está escrito en unos cuantos capítulos y esto no ha hecho más que empezar.

De nuevo se ha quedado fuera Eva, "la negra de Jerez", todo pelo y extroversión. Por segunda vez se ha quedado en la orilla, que es también lo que sintió el segoviano Berto. Sobrado sin estridencias, seguro de sí mismo con una osadía infundada, al dependiente le fueron a buscar con el delantal blanco para que entrara. Era tal su ufanía que el jurado decidió darle la oportunidad. Y la ha aprovechado poco, la verdad. Berto entró con su abuela en el plató, hecho un mar de lágrimas de agradecimiento, casi se carga a la yaya al arrastrarla en su alegría y al final de la noche terminó entre los dos gigantes de su edición, Iván y Giraldo, derrotado con un brownie de sangre y empedrado.

La sangre de cerdo debía ser el elemento principal del plato y Berto, todo osadía, optó por hacer un dulce, merengue incluido, que tenía en la cabeza pero que era imposible de trasladar a la realidad. "He visto chalecos antibalas más blandos", fue la definición de Pepe Rodríguez al intentar meter la cuchara. Bertó se autoeliminó creyendo que podía ser el menos mal entre sus compañeros de equipo que la liaron en la plaza de Colón. Se lo tomaron con calma y cachondeo y terminaron con crujir de diente. El crujido de intentar masticar el brownie imposible de Berto.

Los memes no se hicieron de rogar.

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