David Beriain. Reportero

"Asumo riesgos por mi trabajo, no trabajo por asumir riesgos"

  • Discovery Max estrena, a las 22:30, la serie documental propia 'Amazonas clandestino'.

En sus nueve años como reportero de guerra David Beriain acompañó en Iraq y Afganistán a las tropas norteamericanas, llegó a las minas de sangre del Congo, recorrió los mercados clandestinos de armas de varios países de Oriente Próximo y se coló en la zona de exclusión de la central de Fukushima. En 2008 se convirtió en el primer periodista español en entrevistar a los talibanes en territorio afgano y es uno de los pocos que ha conseguido entrar en los campamentos de las FARC. Estuvo nominado en los Goya con uno de sus últimos trabajos, el corto Percebeiros. Esta noche, a las 22.30, estrena en Discovery Max Amazonas clandestino, serie de seis episodios en los que se sienta cara a cara con sicarios, el mundo prohibido de los buscadores de oro o comparte la experiencia de los madereros clandestinos.

-¿Cómo resumiría este Amazonas clandestino?

-Pues un viaje al lado más oscuro del Amazonas. Hemos abierto las ventanas para ver de cerca cómo son esos mundos: el narcotráfico, la minería ilegal, los sicarios que matan a ecologistas, las guerrillas de las FARC. Hemos querido conocer cómo son esa gente, quiénes son y por qué hacen lo que hacen.

-¿Qué lleva a un periodista a hacerse corresponsal de guerra?

-Bueno, yo me he especializado en conflictos armados y en guerras porque siempre me ha interesado conocer y transmitir a los demás las dos versiones de la contienda. Como cualquier periodista lo que me interesa es contar historias. Ahora mi objetivo es poner al espectador en la piel de estas personas.

-Pero no cualquiera se prestaría a hacer un trabajo tan arriesgado…

-A ver, a mí no me atrae correr riesgos porque sí. Asumo riesgos por mi trabajo, porque mi trabajo es el que es, pero no para asumir riesgos. No soy ningún yonqui de la adrenalina, no me gusta pasar miedo. Yo, en realidad, soy bastante cobarde. Y cuando acabo el trabajo tampoco es que necesite esto para sentirme vivo, no lo echo de menos. Pero alguien tiene que hacerlo.

-Dicen que tiene un don especial para conectar con esa gente digamos peligrosa.

-Yo lo único que soy es insistente. Sólo soy un navarro cabezota. Todos tenemos la necesidad de ser escuchados, de contar lo que nos pasa. Lo único que hago, es escuchar, eso sí se me da bien. Necesitamos que alguien haga justicia a nuestra historia. Muchas de estas personas me han agradecido que les escuchara porque me dicen que nunca antes nadie les había preguntado sus razones, su vida. Además, ellos notan que a mí me interesa lo que me cuentan, eso es muy importante también para un periodista.

-¿Ha llegado a temer por su vida? ¿El peor momento?

-Al principio de todo el trabajo, cuando hicimos digamos la lista de la compra de lo que teníamos que hacer. No, en serio. Es que todo el mundo nos decía que no podía hacerse, que era imposible. Con tiempo y esfuerzo, no hay nada que no pueda alcanzarse.

-¿Cómo son esas conversaciones con narcotraficantes, con miembros de las FARC?

-Es comunicación en vena. Algunas han sido casi momentos místicos. Siempre he puesto por delante mi respeto, que para mí es un privilegio contar sus historias, meterme en sus mundos. En estos momentos en que la gente vive situaciones extremas, muchas veces lo mejor es darles historias extremas también. Hay muchísima verdad en la serie-

-Hace unas semanas un periodista de la cadena NBC dimitió porque había mentido acerca de algunas sus crónicas. ¿Qué opinión le merece?

-Entiendo que algunos reporteros intentan hacerse los protagonistas de las historias, ése es su mayor error. Nosotros tenemos que ser vehículos de transmisión, pero nada más. En la TV se personaliza mucho.

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