Opinión

Juntos somos más fuertes

La distribución y los supermercados aseguran el abastecimiento y además muestran su lado solidario

La distribución y los supermercados aseguran el abastecimiento y además muestran su lado solidario / Víctor Visiedo (Almería)

Felipe Medina, secretario general de Asedas Felipe Medina, secretario general de Asedas

Felipe Medina, secretario general de Asedas / Diario de Almería

En este año 2020 nos están pasando tantas cosas que abordar un análisis de la situación de la cadena agroalimentaria en un anuario como el del Grupo Joly presenta, necesariamente, enormes contrastes. Los acontecimientos se han sucedido a tal velocidad y los cambios han sido tan radicales, que narrar los primeros seis meses del año equivale, prácticamente, a hacer un viaje hacia un tiempo lejano.

Lejanos parecen aquellos días en que se nos invitó a “hacer autocrítica”. Unas semanas, allá por el mes de febrero, justo antes de asomarnos al abismo de la pandemia, en que algunos nos señalaban como el origen y el final de todos los males del campo español. Nadie podía imaginar que, apenas dos semanas después, pasamos de villanos a héroes cuando la única preocupación de todos era asegurar el abastecimiento de alimentación a una población preocupada y asustada y, también, intentar canalizar, en la medida de nuestras posibilidades, las producciones agrarias y pesqueras que podían tener problemas para llegar al consumidor por el cierre del canal HORECA.

"Pasamos de villanos a héroes cuando la única preocupación de todos era asegurar el abastecimiento de alimentación"

Durante esta primavera tan complicada, los empresarios y los trabajadores de la distribución con base alimentaria han estado volcados en hacer bien su trabajo –en muchas ocasiones más allá del deber- en unas circunstancias que siempre son difíciles y cambiantes, pero sin duda más en aquellos días. El esfuerzo que realizaron, y siguen realizando, fue brutal para abrir cada día las tiendas cumpliendo con unas medidas de seguridad para clientes y trabajadores que, en aquellos momentos, todavía no estaban definidas y se implantaron en tiempo record. Su extraordinaria y rápida reacción contribuyó a aportar tranquilidad a la población que, muy pronto, comprendió que la alimentación no sería un problema añadido a la crisis sanitaria.

Empresarios que han realizado su trabajo con solvencia, eficacia y responsabilidad, tomando decisiones valientes que han conseguido que el sector no parara en ningún momento. Lo han hecho acompañados por unos trabajadores sin cuya actitud profesional, responsable y generosa, nada hubiera sido posible. Hoy ya tenemos datos de que España presenta la menor ratio de rotura de stock del entorno. Eso ha sido posible gracias a una estructura de distribución alimentaria basada en la proximidad que se encuentra entre las más eficientes de Europa y que ha sabido poner todos sus recursos al servicio de la sociedad, una vez más, y en un contexto absolutamente adverso.

Pero este ha sido un trabajo conjunto. Agricultores, pescadores, industria auxiliar, cooperativas, industria alimentaria, transportistas y distribución alimentaria, han sabido entender cuál era el papel que debían jugar en todo esto y han sido los primeros en arrimar el hombro sin mirar hacia atrás ni hacia los lados, centrados en el objetivo común de llevar la alimentación y resto de productos de gran consumo a toda la población. La cadena de valor agroalimentaria en España ha mostrado un altísimo nivel organizativo y colaborativo. A la altura de la gran potencia productora de alimentos que somos y por la que debemos sentirnos muy orgullosos. La conclusión o la moraleja es simple: juntos somos más fuertes.

El año, sin embargo, no termina aquí. La historia continúa a pesar de la COVID-19. Afortunadamente, como decía la campaña #estonotienequeparar, seguimos aquí y nos toca, en los próximos seis meses, abordar grandes retos conjuntos. El mayor de ellos es la trasposición de la Directiva Europea sobre Prácticas Comerciales Desleales. Y este marco, y comprobado el excelente trabajo de la cadena agroalimentaria, la tarea de fortalecerla todavía más es algo que, entre todos, debemos emprender.

Los agricultores son aliados estratégicos de las cadenas de supermercados y viceversa. Muchos trabajan juntos desde hace años por innovar y servir mejor al consumidor, así como por defender intereses comunes en Europa. Defendemos un modelo de relaciones basado en el largo plazo y en contratos estables que aporten seguridad jurídica a ambas partes y que reviertan en un beneficio hacia el consumidor en forma de precios estables, competitivos y en una amplia disponibilidad productos de calidad adaptados a sus necesidades y demandas en cada momento. Pensamos que ese es el camino a seguir. Desde la distribución alimentaria hemos mostrado siempre, y seguimos haciéndolo, nuestra total disposición a la colaboración porque pensamos que el camino para crecer juntos es el diálogo, y no la confrontación. La Estrategia From Farm to Fork nos proporciona una oportunidad histórica de unir los intereses del sector agroalimentario y defenderlos durante los próximos años en el ámbito europeo de forma coordinada, cambiando así para siempre nuestra forma de trabajar en el sector, asumiendo que solo con una mayor visión de cadena contribuiremos al crecimiento y desarrollo del sector.

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