En la mesa lo mejor

La cocina de las abuelas

  • Las comidas de Navidad son un momento ideal para disfrutar o recordar aquellas recetas que marcan estas fechas con la indudable buena mano de los mayores

La berza jerezana es una de las típicas recetas de las abuelas.

La berza jerezana es una de las típicas recetas de las abuelas.

La cocina de nuestras abuelas puede ser de los mejores recuerdos que volvamos a recuperar cada año por Navidad. Y es que estas fechas de reuniones, entre familia y amigos, muchas son las casas que recuperan aquellas recetas únicas con sabores inolvidables que nos trasladan a nuestros mayores. Algunos todavía pueden disfrutar de esas comidas de primera mano, otros vuelven fugazmente con los olores y sabores de las propias elaboraciones.

Sea como sea, esos platos se han convertido en un clásico de las familias gaditanas en la mesa. Y no solo con los guisos o asados que se disfrutan en estas fechas. También en elaboraciones sencillas que cada uno hace diariamente en casa, pero que con la receta de las abuelas, suelen tener un sabor especial.Es el caso de las croquetas. Aunque cada cual tiene su receta, las de nuestros mayores parecen ser siempre las mejores. Y es un plato muy recurrente en las comidas de Navidad. Al igual que el puchero, que también cada maestrillo tiene su librillo. Pero que, además, también es un plato muy navideño sobre todo para los niños.

Otro de los platos gaditanos por antonomasia por esta época y cuyas recetas también son heredadas de las abuelas es la berza jerezana. Un plato contundente que se sirve con la ‘pringá’ (parte de la carne del guiso bien desmenuzada) y que es un clásico del invierno gaditano. Se elabora con berzas de tagarninas o con pencas acelgas y aúna las habichuelas y los garbanzos como legumbres. Hay dos tipos de disfrutar este rico plato: comiéndose la pringá sobre el propio guiso o, una vez finalizado, el mismo con pan, que suele ser lo más común. Indistintamente es un plato más bien para la comida de Navidad que para una cena y que suele llevar consigo el sello inconfundible de las recetas que pasaron de madres a hijos.

Sopa de tomate. Sopa de tomate.

Sopa de tomate.

Otro de los platos gaditanos ligados al invierno y que también suelen ser servidos en este mes es la sopa de tomate, un plato que se prepara en toda la provincia de Cádiz. Es contundente pero se toma durante todo el año. En Conil, donde se cultiva mucho tomate, este plato es muy habitual. No es propiamente una sopa ya que es más denso, dado que además del tomate, el pan ocupa un papel protagonista en este plato. Le pasa lo mismo que al ajo campero o de viña.

También ligado al invierno, a la Navidad y a la época del mosto. Este plato también es muy común en las comidas navideñas y debido a su contundencia como en los dos anteriores también suele servirse para almorzar. Este plato es típico de los cortijos que rodean Jerez y lo solían tomar los trabajadores de la vendimia. Se suele acompañar con mosto. Este ajo se elabora con tomates de viña, unos ejemplares de pequeño tamaño que se crían en rama. Antes eran muy habituales en los campos jerezanos pero ahora está prácticamente extinguido.

Finalmente, el pavo trufado es otro de los platos que nos ha llegado de los mayores y que se sigue repitiendo año tras año, como único momento donde disfrutarlo, devolviendo así la nostalgia de los sabores.