El ministro de Educación, José Ignacio Wert, y las víctimas del terrorismo coincidieron ayer en la necesidad de trasladar a la escuela, desde las edades más tempranas y a través de textos y testimonios directos, el relato veraz de la historia del terrorismo en España, pero siempre "alejado del odio, de la venganza y de la revancha".

Y hay que hacerlo, dijo la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, "si queremos que las futuras generaciones, a las que afortunadamente no les ha tocado y tocará vivir lo que hemos padecido los españoles, enfoquen sus ideales en el respeto, la convivencia y la paz, pero, sobre todo, en la libertad".

Debe hacerse también, subrayó Wert, porque tras el cese de la violencia de ETA se puede caer en la "tentación" de que la historia del terrorismo en España caiga en el olvido o se pervierta el relato. Wert apostó por "no bajar la guardia" y por educar desde las edades más tempranas en los valores de la paz, la libertad, la seguridad y la resolución pacífica de los conflictos.

De hecho, en el currículum básico de la Educación Primaria se prevé la educación cívica y constitucional en todas las asignaturas para promover los diferentes valores, recordó Wert, que quiere trasladar al Bachillerato y la Formación Profesional esta misma iniciativa.

Los ministerios de Educación e Interior, en colaboración con la FVT, promoverán la divulgación de los testimonios de las víctimas, con charlas en los colegios como las que ya se producen.

Blanco lamentó que durante muchos años en el País Vasco se haya "educado en el odio y en el rechazo a toda aquella persona que no compartía los mismos ideales y principios fanáticos y totalitarios que les han llevado a arrebatar la vida" de muchas víctimas.

Aunque la solución del terrorismo no es la educación, agregó, su erradicación "sí tiene que pasar por el ámbito educativo", a fin de trasladar a los más jóvenes "el relato basado en la verdad y en la memoria de todas y cada una de las víctimas".

El relato de toda una sociedad que, como quiso hacer hincapié, ha vivido "bajo la amenaza, el miedo y la coacción".