"La única manera de salir de aquí es sin ellos". Así termina la declaración de intenciones que se puede leer en la página de entrada de la web Esto sólo lo arreglamos sin ellos, una de las numerosas respuestas que en las últimas horas han proliferado en la Red contra la campaña Esto sólo lo arreglamos entre todos. La iniciativa, que trata de recuperar la confianza, transmitir un mensaje optimista y recoger y difundir historias positivas e inspiradoras de quienes han encontrado su propia salida a la crisis, ha suscitado numerosas respuestas en la Red, desde páginas web a posts en diversos blogs, grupos de Facebook y abundantes menciones en Twitter, tanto a favor como en contra.

No es el mensaje en sí de la campaña de la Fundación Confianza, sino el hecho de que ha sido lanzada por las Cámaras de Comercio y apoyada por varias empresas de considerable envergadura (y bastantes caras conocidas) lo que ha despertado las iras de los responsables de estas contracampañas que piden a estos empresarios que dejen de "reírse" de los ciudadanos, que son quienes están en primera línea de esta batalla contra la recesión. "Somos trabajadores y parados, como tú. Somos los que se están tragando la crisis mientras que la gran empresa y la banca siguen embolsándolse beneficios, aprovechándose de currantes temerosos del paro y encargando a estudios de diseño que preparen paginitas para motivarnos, para seguir ganando dinero a nuestra costa", dicen en Esto sólo lo arreglamos sin ellos, desde donde piden a quienes entren en su web que "cierren la puerta en la cara a los mafiosos que te obligan a vender tu cuerpo y mente por un salario".

En esa línea se inscribe también el grupo de Facebook Esto deberían arreglarlo los que lo jodieron, que denuncia que "los organismos y empresas que están detrás de la campaña Esto sólo lo arreglamos entre todos han montado todo este tinglado con la intención de hacernos consumir más, cuando son precisamente ellas y su avaricia desmedida las principales responsables de esta crisis". Las críticas a la iniciativa (y también los apoyos, que de todo hay) recorren la Red, y también hay quien, como José A. Pérez, autor de Mi mesa cojea, da su propia receta para salir de esto: "Invertir en ciencia y educación".