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Marian Rojas | Psiquiatra

"Todo el mundo es capaz de ser feliz"

Marian Rojas posa para la entrevista con su libro.

Marian Rojas posa para la entrevista con su libro. / Efe

La psiquiatra Marian Rojas está convencida de que todo el mundo es capaz de hacer que le pasen cosas buenas y de ser feliz, pero no hay recetas ni atajos para conseguirlo, porque se trata de intentar sacar la mejor versión de uno mismo y eso requiere entender nuestro cerebro y gestionar las emociones.

"La felicidad consiste en conectar de forma sana y equilibrada con el presente, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión al futuro", según comenta en una entrevista a Efe Marian Rojas en su primer libro, aunque antes ha colaborado en otros que ha escrito su padre, el prestigioso psiquiatra Luis Rojas Marcos.

De la felicidad, de los problemas de mente, corazón y cuerpo, pero también de los aspectos buenos y saludables de nuestra vida, habla en su libro "Cómo hacer que te pasen cosas buenas", en el que da algunas claves para descubrir las pautas para combatir los miedos, las angustias y cómo canalizar las emociones negativas que llegan a bloquear física y mentalmente.

-¿Todo el mundo puede conseguir hacer que le pasen cosas buenas?

-Cada uno, con sus circunstancias, puede conseguirlo. La vida es un constante volver a empezar, un camino donde uno atraviesa situaciones alegres o, incluso, instantes de felicidad, pero también momentos difíciles. Para ser feliz hay que ser capaz de rehacerse en lo posible de los traumas y dificultades. No existe una biografía sin heridas.

-Usted estuvo en Camboya trabajando con niñas que habían sufrido la prostitución infantil. ¿Consiguieron reponerse y ser felices?

-He trabajado como voluntaria, con niñas con traumas severos y vejaciones terribles y, poco a poco, se han ilusionado. A esas personas que sufren hay que introducirles la palabra ilusión, metas y objetivos en su vida para reponerse del trauma. El sufrimiento te ayuda a ser mejor persona, a reflexionar, al fondo de muchas cuestiones que de otra forma no te habrías planteado, y cuando aparece te empuje a clarificar el sentido de tu vida.

-¿Como se sale del sufrimiento?

-A pesar de que existan momentos muy duros donde lo importante es sobrevivir y encontrar algún apoyo donde sostenerse, el resto del tiempo hay que dedicarlo a luchar por sacar nuestra mejor versión. Yo he visto a muchas personas que han caído y que han sido capaces de levantarse después, y la actitud es fundamental, aunque es cierto que hay personas que tienen impedimentos reales para sentir la felicidad porque están atravesando circunstancias difíciles, como una enfermedad grave, problemas económicos severos o por su bioquímica.

-Y ahí hay que pedir ayuda...

-El dolor también ayuda a que uno a veces acepte sus propias limitaciones. Nos convertimos en seres más vulnerables y nos caemos del pedestal que nos habíamos colocado y a veces hay que reconocer que necesitas ayuda, el cariño y apoyo de otras personas y que solo no puedes y tienes que compartir tus limitaciones con otras personas...El sufrimiento bien asimilado transforma.

Pero la actitud, la decisión con la que yo decido enfrentarme a la vida, siempre les va a ayudar a que por muy duro que sea el sufrimiento tú puedas interpretar la realidad de una forma un poco más positiva. La actitud es un potente activador del estado de ánimo, y para ello es determinante la salud física, el consumo de drogas y alcohol, las circunstancias externas, la bioquímica, las hormonas.

-¿Por qué hablamos más de cómo ser felices¿ ¿Por qué somos más infelices en esta época?

-Porque tenemos más miedo a perder el control. Hay una necesidad constante de tener un control sobre absolutamente todo: nos decimos "dónde están mis hijos, mi dinero..." y el deseo de controlarlo todo genera mucha angustia porque nuestra única capacidad reside en el presente. Y luego porque somos muy perfeccionistas, que por definición son los eternos insatisfechos, nunca nada está a la altura. Pero hay otros factores como la obsesión por aprovechar el tiempo y no conseguir descansar, y además está ahora la pantalla digital, que hacen que los cerebros estén constantemente activados en alerta y bajo la amenaza.

-¿Y eso físicamente como se traduce?

-En cortisol, que es una hormona clave para la supervivencia. Vivimos en un estado de alerta permanente y no estamos preparados para ello y el organismo está sobresaltado, manda señales al hipotálamo y activa otras zonas cerebrales y comienza una respuesta involuntaria del organismo a través de señales hormonales y nerviosas. Después, las glándulas suprarrenales liberan adrenalina y el cortisol, que no es malo, pero en exceso es perjudicial. Es un antiflamatorio muy potente y cuando vivimos en ese estado de amenaza nos intoxicamos, el organismo enferma y el sistema inmmunitario empieza a detectar el cortisol no como algo bueno, sino malo, y el cuerpo pasa a inflamarse.

El siglo XXI es un siglo profundamente inflamado, de gastroenteritis, amigdalitis, gastritis.., pero el cortisol se puede bajar con ejercicio moderado y lo más cerca posible de la naturaleza porque ayuda a manejar el hipocampo; con meditación, aprendiendo a respirar y entrenando tu mente, y con omega 3 que potencia el estado de ánimo y la capacidad cognitiva. Hay que aprender a gestionar a tus personas tóxicas y rodearte de "personas vitamina", frenar los pensamientos negativos y disfrutar de las cosas pequeñas porque vivir en constante alerta y angustia nos impide encontrar el equilibrio imprescindible para ser felices.

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