Sociedad

El interés de los cardenales por el caso Vatileaks deshace los planes de Ratzinger

  • Varios purpurados se rebelan contra el deseo de Benedicto XVI de que los documentos secretos no se den a conocer en la reunión que prepara el cónclave para elegir a su sucesor

Benedicto XVI no imaginaba cuando abandonó la Santa Sede rumbo a Castel Gandolfo que en el seno del Colegio de cardenales que dejaba atrás se fuera a organizar algo parecido a una pequeña revuelta contra su decisión de mantener en secreto el contenido de la investigación que él mismo encargó a mediados de 2012 para averiguar los pormenores del llamado caso Vatileaks. Lo más seguro es que Joseph Ratzinger pensara que la elección del nuevo Papa sería rápida -ése es su deseo- y que los cardenales aceptarían sin oponerse a su decisión de confiar el contenido y las conclusiones secretas de ese informe únicamente a nadie más que al nuevo Papa, exceptuando a los tres cardenales autores del informe, entre ellos el andaluz Julián Herranz.

Pero la pequeña rebelión púrpura se ha consumado en sólo dos días de congregaciones generales de cardenales. Liderados por la Conferencia Episcopal de Brasil, y en especial, por su presidente, Raymundo Damasceno, los purpurados brasileños han dejado constancia pública y abierta de que, antes de elegir nuevo papa, exigen que el Colegio Cardenalicio conozca ese contenido secreto del informe que, supuestamente, provocó a Benedicto XVI la decisión de renunciar y reconocerse inerme ante las dimensiones de la podredumbre en el seno de la Iglesia que el documento denunciaba.

"Creo que es justo y necesario que los cardenales tengamos esa información antes de elegir al sucesor de Benedicto XVI. Y también el resto de cardenales desean conocer ese informe secreto", manifestó Damasceno al comienzo de las congregaciones generales, el pasado lunes. También la Conferencia Episcopal de EEUU apoya esta revuelta, encabezada por los cardenales Francis George y Donald Wuerl. Las diócesis de EEUU, en especial las de Boston y Los Ángeles, han sido de las más salpicadas por los miles de casos de pederastia, hasta el punto que, según datos de la Junta Nacional de Revisión (NRB, en sus siglas en inglés), la Iglesia católica de este país lleva pagados ya casi 600 millones de dólares en indemnizaciones a víctimas de abusos. A ese interés por conocer el contenido de los papeles de Vatileaks se sumaron ayer los cardenales Walter Kasper (Alemania), Christoph Schönborn (Austria) y Peter Erdö (Hungría).

No obstante esta disidencia en el seno de la cúpula vaticana, las negociaciones del precónclave siguen avanzando hoy, aunque todavía no se ha prefijado la fecha definitiva del inicio del cónclave -todavía quedan cinco cardenales de los 115 electores por llegar a Roma-, el hecho de que ayer se cerraran ya para las visitas de turistas la Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos hace presagiar que podrían cumplirse las expectativas y que la elección del futuro Papa comience el domingo o lunes próximos.

Lo que persiguen los cardenales interesados es conocer lo que parte de la prensa italiana, -en concreto el diario La Republica y el semanario Panorama- han contado: que el conocimiento por parte de Ratzinger de un informe que revela el entramado de luchas de poder, corrupción y relaciones homosexuales en el Vaticano habría precipitado su decisión de renunciar para dar paso a un sucesor joven, enérgico y "santo" que se emplee a fondo contra ese informe. El rotativo italiano insinúa incluso que esa documentación refleja la existencia de un supuesto lobby homosexual intramuros del Vaticano.

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