Los inmigrantes y sus hijos han salvado de la despoblación las zonas rurales de España. Y es que la llegada de extranjeros ha frenado la pérdida de población e incluso ha conseguido un crecimiento demográfico positivo.

Así lo recoge un estudio del Real Instituto Elcano, que ha calculado la evolución demográfica de 22 provincias españolas y que recomienda que sea una agencia autónoma de los poderes institucionales la que gestione la repoblación.

La influencia de los foráneos para los pueblos españoles es "crucial". La llegada de inmigrantes ha conseguido frenar la despoblación de muchas zonas rurales, que en los últimos años y gracias al asentamiento de estas familias han logrado un crecimiento demográfico positivo.

"Los resultados muestran que la aportación de la inmigración ha frenado significativamente la pérdida de población para las 22 provincias estudiadas. Además, para una parte significativa de ellas la inmigración ha conseguido que su crecimiento demográfico fuera positivo desde el año 2000", concluye.