Sociedad

El fiscal pide 50 años por la muerte de una pareja holandesa en Murcia

  • Las acusaciones consideran que los acusados asesinaron a golpes a una ex jugadora de voleibol y a su novio y a continuación descuartizaron sus cuerpos y los enterraron en un huerto

La representante del Ministerio Fiscal y los letrados de la acusación particular en el caso del asesinato de la jugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y de su pareja, Lodewijk Severein, reiteraron ayer su solicitud de cincuenta años de prisión para los tres principales procesados. Para las acusaciones, los hechos protagonizados por Juan Cuenca, gerente del club donde jugó Visser, y los ciudadanos rumanos Valentin Ion y Constantin Stan son constitutivos de un delito de asesinato y no de homicidio, como habrían admitido varias de las defensas en un intento de conseguir un pacto de conformidad.

En la sesión con la que se inició el juicio ante un jurado popular en la Ciudad de la Justicia de Murcia se procedió a la selección de los integrantes del mismo, para, a continuación, proceder a la lectura de los escritos de acusación y defensa. Tanto la fiscal del caso como los letrados que están personados en las actuaciones en nombre de las familias de las víctimas, los hechos ocurridos a mediados de mayo de 2013 en una casa rural ubicada en el municipio murciano de Molina de Segura son constitutivos de un delito de asesinato. Y añadideronque Visser y Severein fueron llevados a la casa donde fueron asesinados con la idea de darles muerte, recibiendo un ataque con dos objetos no localizados y con los que recibieron varios golpes "con gran violencia" en la cabeza.

Tras la lectura de los escritos de acusación de la fiscal y de la acusación particular, se ha procedido a hacer lo mismo con el escrito de defensa de Juan Cuenca, que está considerado como el presunto ideólogo del doble crimen. Su letrado defensor sostiene en sus conclusiones provisionales que jamás hubo un plan preconcebido para acabar con la vida de la pareja y atribuye lo ocurrido a un supuesto ciudadano ruso, del que solo se sabe se llamaba Danko, que estuvo en la casa rural. Esa persona, presuntamente, habría estado en el lugar como presunto inversor en negocios que Cuenca y Severein se proponían llevar a cabo tras constituir éstos una sociedad en Gibraltar, y durante la reunión se produjo un altercado que desembocó en la muerte violenta de los holandeses. El letrado defensor exculpa a Cuenca, del que dice que se limitó a estar en la casa, pero sin participar en las mortales agresiones, por lo que termina su escrito solicitando seis meses de prisión por un delito de encubrimiento.

La defensa de Stan considera que éste sólo sería encubridor, ya que, según su versión, cuando ocurrieron los hechos se encontraba en la planta superior del inmueble bajo la ingesta de bebidas alcohólicas y solo se enteró de lo ocurrido cuando bajó al salón. No obstante, reclama su absolución al apreciar la eximente de miedo insuperables y la eximente incompleta de embriaguez.

La defensa de Ion ha reclamado también su absolución, al admitir que si pudo atacar en algún momento a los holandeses lo hizo en legítima defensa, ya que aseguró que en la discusión que se produjo en la casa Severein llegó a esgrimir una pistola.

Finalmente, el abogado de Serafín de Alba, propietario del huerto donde fueron enterrados los cuerpos desmembrados de Visser y de su pareja, que está acusado de un delito de encubrimiento por el que se le piden tres años de cárcel, ha manifestado que fue ajeno a todo lo ocurrido, por lo que no cometió delito alguno.

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