Según un estudio realizado publicado en The Lancet, y realizado por el Centro de Wuhan para el Control y la Prevención de Enfermedades, las personas menores de 20 años son las que más transmiten el virus de la Covid-19 en espacios cerrados.

El objetivo de dicho estudio fue, debido a la pandemia surgida hace ya un año, poder evaluar en Wuhan los factores de riesgo y la trasmisión del coronavirus en los domicilios.

Han sido incluidos como objeto de estudios aquellos domicilios donde sus habitantes han sido confirmados como positivos o parientes cercanos que, aún sin vivir en la misma dirección, tienen contactos cercanos dentro de dicha vivienda. El número exacto de los participantes de esta investigación ha sido de 27 101 hogares con 29 578 casos primarios y 57 581 contactos domésticos.

El aislamiento, clave para controlar la trasmisión

Cuando un paciente ha tenido contacto con otro positivo de coronavirus o es el propio portador se siguen unos protocolos que incluyen cuarentena y aislamiento. Desde el estudio, estos procesos vuelven a ser indicadores de éxito. Tras detectarse el virus en los núcleos domésticos y proceder con los correspondientes aislamientos dentro de los hogares, el número de contagios disminuyó en hasta un 52 por ciento.

La edad es determinante en los contagios domésticos

Según los resultados obtenidos de este testeo, los niños y adolescentes son los que menos riesgo tienen de contagiarse del virus, siendo los bebés de 0 a 1 años los que mayor riesgo sufren. Así mismo, esto se traduce en que si bien los menores de 20 años tienen menos probabilidades de contagio si que son los más propensos a poder trasmitirlo. Las personas que más tienen este riesgo de sufrir esta trasmisión son las personas de más de 60 años siendo además del grupo más bajo de contagio. Por su parte, las mujeres contraen más el coronavirus y además, como es evidente, en espacios más pequeños esta trasmisión aumenta exponencialmente. 

También se determinó que el período medio de incubación es de 5 días con un máximo de 22 días. A pesar de las creencias extendidas, los casos asintómaticos tienen menos posibilidades de contagiar el virus que los casos sintomáticamente detectados, teniendo estos últimos mayor probabilidad incluso antes de la aparición de los propios síntomas de la enfermedad.

Con los datos obtenidos gracias a este estudio realizado en Wuhan pueden tomarse medidas en función de estos resultados. Así, como los niños y adolescentes son los que parece que tienen más capacidad infecciosa, los investigadores interpretan que con la vacunación de este grupo de población podría ayudar a frenar en un gran porcentaje el contagio producido en las viviendas.