El 20 de agosto de 2020 Carlos Andrés Bustamante asesinaba a su pareja, Nancy Paola, por detrás, agarrándola con fuerza por el cuello y asfixiándola en pocos minutos para posteriormente descuartizar su cadáver con una piqueta que había comprado unos días antes en un bazar. El cuerpo de la víctima lo metió en bolsas y las tiró en el Parque del Agua, en unos matorrales muy frondosos. La mujer estaba embarazada, pero el feto nunca se encontró.

Ambos se habían mudado hacía unos meses a la capital cántabra desde Ciudad Real, donde ya mantenían una relación sentimental estable. Seis días después de cometer el crimen, el 26 de agosto, los hermanos de la víctima pusieron una denuncia por su desaparición. Un día más tarde lo hacía Carlos Andrés en una comisaría de Madrid donde la Policía lo detuvo, ya que estaba siendo investigado por los hechos. El acusado tenía antecedentes por maltrato.

El acusado, sin embargo, nunca reconoció los hechos. Durante el juicio celebrado el 23 de noviembre en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y del que se ha conocido la sentencia el 1 de diciembre, éste dijo que no mató a Nancy y que tampoco acabó con la vida del bebé. “A Nancy la mataron y mataron a mi hijo”, ha sentenciado.

También ha asegurado que él protegía a su pareja ya que ambos ejercían la prostitución. “Créanme, me maté por ella y nadie la tocaba” y ha argumentado que la última vez que vio a su mujer fue el 18 de agosto, cuando se despidieron porque él se marchaba a Burgos. Sin embargo existe un informe hecho por la policía con imágenes del acusado grabadas a través de cámaras de seguridad en el que se le ve "cómo va y viene entre las 21:08 y las 23:10" con un carrito la noche en la que murió Nancy Paola.

A preguntas de la fiscalía ha negado que él hubiera comprado guantes y una piqueta, con la que posteriormente descuartizara a Nancy Paola, asegurando que "para qué comprar una piqueta, si en esa casa había cuchillos".

El fiscal, por el contrario, ha mantenido que el acusado mató y descuartizó a la víctima y ha señalado que existen pruebas, como una huella dactilar en el plástico vacío que envolvía la piqueta de cortar carne del acusado, además de restos de ADN de la víctima en el apartamento que alquilaron.

Durante su declaración el acusado ha llegado a sostener que era homosexual pero que también ejercía la prostitución con mujeres y que una de sus clientas llegó a amenazar a Nancy. "Esa señora desapareció y se esfumó de España y no la encuentran y a mi me tienen detenido 26 meses", ha señalado. Ha añadido, también, que fue voluntariamente a la policía a decir que su pareja había desaparecido y en ningún momento se ha sustraído a la administración de justicia, llegando a declarar dos veces en sede judicial. 

Su madre, que también ha testificado en el juicio, sostenía la inocencia de su hijo a pesar de haber reconocido que en un primer momento Carlos Andrés le dijo que a Nancy la habían atropellado para luego cambiar su versión.

A pesar de los numerosos intentos de eludir responsabilidades por el asesinato de Nancy, Carlos Andrés ha sido declarado culpable por unanimidad y condenado a 25 años y cinco meses de cárcel.  

La sentencia, recogida por Europa Press, considera al procesado responsable de un delito de asesinato en concurso con un delito de aborto y de un delito de profanación de cadáver.

También se le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros de la familia de la asesinada, sus domicilios, lugares de trabajo o centros de estudio, así como de comunicar con ellos por cualquier medio, directo o indirecto, durante treinta años.

Además, deberá indemnizar con 112.000 euros a las hijas de la víctima, Nancy Paola Reyes; con 87.000 euros a cada uno de sus padres; y con 25.000 más a cada uno de sus hermanos.