Cambio horario

Así afecta el cambio de hora a la rutina de los niños

A los más pequeños les afecta más que a los adultos el cambio de horario.

A los más pequeños les afecta más que a los adultos el cambio de horario.

Que el cambio de horario afecta al reloj biológico lo sabemos, se ha escrito sobre ello hasta la saciedad. El último sábado de este mes de marzo, las 2:00 pasarán a ser las 3:00, hecho que repercutirá en los adultos y, también, en los niños. Precisamente, los más pequeños son más vulnerables a los trastornos del sueño que provoca esa hora de menos en nuestro descanso.

Si bien es cierto que esa manipulación de una hora -de adelanto y retraso- se realiza cada primavera y otoño para reducir el consumo de energía haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz, está previsto que esta imposición defendida sobre todo por las empresas concluya en 2021, cuando cada país de la Unión Europea -ahora mismo 70 de ellos aplican esta medida regulada- decidirá con qué horario definitivo se quedan.

Mientras llega ese momento, a partir del próximo 29 de marzo todos sufriremos durante unos días la ruptura de nuestro ritmo biológico, sobre todo los más pequeños, según la AEP (Asociación Española de Pediatría), tardando varios días o, incluso, una semana, en adaptarse al nuevo horario. El de marzo, además, como se traduce en una hora menos, no solo les afecta al sueño sino a las comidas (al día siguiente se adelantan). Por este motivo suele ser normal que los niños y niñas presenten cambios en el patrón del sueño (no quieren acostarse y tarden en dormirse) y tengan irritabilidad o ansiedad. Así las cosas, los padres deben prepararse para el mal humor de sus hijos.

¿Se puede paliar el impacto del horario?

Según los pediatras, una buena manera de hacer que el cambio de horario se note menos en los pequeños es prevenirlos con el reloj en mano. Días antes puede retrasarse unos 15 minutos el horario de todas sus rutinas: irse a la cama, comer, hacer los deberes e, incluso, jugar. De esta manera el cambio resultará mucho menos brusco que de un día para otro. Además, si toda la familia está implicada verá que no es algo que le incumbe a él sino que los cambios de hábitos afectan al hogar.

Muy probablemente el día de mayor impacto para ellos será el domingo por la noche, a la hora de conciliar el sueño, ya que ese momento no les resultará normal. Sin embargo, si comenzamos a diminuir todos los estímulos antes (juegos, pantallas, televisión, etc.), aunque su organismo notará el cambio de hora, el sueño llegará para todos.

Por último, según los expertos, también puede ser interesante explicarles a los más pequeños el motivo del cambio de horario y hacerles entender, en la medida de lo posible, la importancia y cómo influye en nuestra vida la luz solar o por qué anochece más tarde. Con palabras sencillas, seguro que se pueden sentir partícipes del mundo que les rodea y les ayuda a aceptar esos cambios en su rutina con mayor facilidad.

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