Las trece personas mayores de edad detenidas por los incidentes registrados en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón pasaron a disposición judicial mientras que los siete menores fueron puestos a disposición de la Fiscalía de Menores. Todos fueron puestos en libertad a medida que concluyeron su declaración.

Todos fueron arrestados por desórdenes públicos, atentado a agente de la autoridad y daños a mobiliario urbano durante madrugada del domingo, cerca del recinto de las fiestas de la localidad, después de que la denuncia de un joven, que había recibido un botellazo, requiriera la presencia de la Policía, lo que desencadenó protestas por parte de cientos de jóvenes que hacían botellón.

Los jóvenes se enfrentaron a los agentes, rompieron mobiliario urbano, quemaron contenedores y dos coches de Policía, dañaron varios más e intentaron asaltar la Comisaría de la localidad. Finalmente, diez policías resultaron heridos, dos de ellos graves, y los agentes detuvieron a veinte personas, siete de ellas menores. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, reclamó a las administraciones una mayor supervisión de los botellones, en los que participan menores, y a los padres, que den a sus hijos una "educación en valores" para evitar conflictos como el sucedido la noche del sábado en Pozuelo.

Canalda explicó que "en la vía pública no se debería beber", pero añadió que en el caso de Pozuelo se trataba de unas fiestas populares en las que lo que se puede hacer es que las administraciones tengan un "papel de supervisión".