Los muertos por la explosión que tuvo lugar este domingo en una mina de carbón de China ascienden a 73, según informaron los equipos de rescate que tratan de localizar a los atrapados en el subsuelo, mientras que otros 113 están hospitalizados. 

El informe, difundido por la agencia oficial de noticias Xinhua, indica que entre los hospitalizados 21 se encuentran en estado crítico. 

Se trata de uno de los mayores accidentes mineros en China en los últimos meses y tuvo lugar esta madrugada al producirse una explosión en la Mina de Carbón Tunlan, en la provincia septentrional minera de Shanxi, donde se concentra la producción hullera china. 

Un total de 436 mineros se encontraban en el subsuelo del pozo, situado en la ciudad de Gujiao, en el momento de producirse la explosión, a las 02.17 hora local. 

Tras la explosión, 327 mineros consiguieron escapar o fueron rescatados, y en un principio más de 150 fueron ingresados en dos hospitales locales, el de Gujiao y el de la capital provincial, Taiyuan, a 50 kilómetros. 

Más de 80 efectivos trabajan en las labores de rescate en el subsuelo intentando localizar a los posibles supervivientes, aunque la mayoría de los picadores están intoxicados por monóxido de carbono, informaron médicos del hospital de Xishan. 

Las autoridades locales han enviado 40 ambulancias a la zona para trasladar a los afectados. 

El pozo de Tunlan pertenece a una de las mayores empresas hulleras de China, el Grupo Carbón Coque Shanxi, y tiene una capacidad de producción anual de 5 millones de toneladas. 

Según Xinhua, el yacimiento gozaba de buena reputación al no haber registrado ninguno de los frecuentes accidentes del sector chino del carbón, el que más mortalidad registra del mundo, debido a que el consumo energético chino depende en casi un 70 por ciento del carbón y cada vez hay que cavar más profundo, donde es más fácil que haya bolsas de gas y se produzcan explosiones. 

El año pasado los muertos por accidentes en el sector hullero chino disminuyeron un 15,1 por ciento hasta los 3.214, cifra 47 veces superior a la que se registra en el mismo sector en Estados Unidos, según los últimos datos de la Administración Estatal de Seguridad Laboral. 

La administración reconoce que todavía un 80 por ciento de los 16.000 pozos que se calcula hay en el país asiático operan de forma ilegal, lo que acrecienta los riesgos laborales debido a la falta de medidas de seguridad.