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Sociedad

"Morirse es una ruina"

  • El precio de las flores se encarece en estas fechas hasta un 60% mientras el coste medio de un entierro, "sin parafernalias", alcanza los 2.500 euros en plena crisis

Miles de personas inundaron ayer los cementerios de toda España para recordar a sus difuntos. Las visitas comenzaron ya desde primera hora de la mañana, aunque cada vez es mayor el número de personas que acuden de víspera para evitar el gentío del 1 de noviembre, y cada vez son más quienes, días antes de Todos los Santos, adecentan y decoran con flores las sepulturas de los seres queridos fallecidos.

Las flores son uno de los elementos centrales de la tradición de Todos los Santos; y su venta, como es habitual, se ha incrementado en los últimos días y, como no podía ser de otro modo, la fuerte crisis también ha afectado a este sector.

El deterioro de la economía hace estragos y a la hora de comprar se mira, y mucho, el bolsillo. Margaritas, claveles y gladiolos predominaron sobre otras especies en todos los cementerios españoles debido a su relación calidad-precio, pues debido a la crisis "el que gastaba 30 euros ahora prefiere dejarse sólo 15", cuenta Jaime Sánchez, propietario de una floristería madrileña desde hace más de 15 años. Son las grandes preferencias de los españoles, aunque el crisantemo "es la planta que más se lleva", ya que "crece" en estos días.

Según el territorio en el que se viva, surgen más diferencias: "en provincias suelen llevárselas el mismo día" mientras que en Madrid "suelen comprarlas antes". Miembro de una familia con más de medio siglo de experiencia en el sector, Sánchez no cree que la tradición de los españoles de llevar flores a sus seres queridos "haya perdido importancia" con el paso de los años. "Al final siempre, cuando uno va madurando y va perdiendo a sus seres queridos, se acuerda de ellos estos días".

Pero el precio de las flores, que estos días se puede encarecer hasta un 60%, no es lo único que se mira en estas fechas. Morirse sale caro, tanto que el coste medio de un entierro alcanza los 2.500 euros, y puede elevarse incluso hasta los 2.700 si hay crematorio, además del pago de tasas, el féretro, el coche fúnebre, el alquiler del nicho "y toda la parafernalia que hay alrededor, como las rosas o publicar una esquela en un periódico".

Lo dice el portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio López. "Los precios están prácticamente como el año pasado, quizá con una pequeña tendencia a bajar", ya que se ha producido un descenso de la demanda, aunque la Comunidad de Madrid sigue siendo la más cara de España en gastos fúnebres. Si morirse sale caro, "morirse en Madrid es una ruina para aquellos que seguimos vivos", asegura.

Para hacer frente a la crisis, López aconseja soluciones más económicas, como evitar los gastos que conlleva el velatorio o el coche fúnebre si simplemente se acude al crematorio del hospital, donde se guardan los restos en una urna. "Mucha gente lo tiene en casa y les recuerda en su casa, que es mucho más barato", cuenta.

Pero la tradición manda. Para profundizar en las razones de la celebración de Todos los Santos hay que remontarse hasta el siglo IX, cuando los católicos comenzaron a celebrar el 1 de noviembre una solemne liturgia, día de precepto, y festividad que, en ocasiones se confunde con la del día de Difuntos, que los monjes benedictinos de la abadía de Cluny, comenzaron a celebrar el día siguiente.

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