Golpe al tráfico de drogas y la explotación sexual

Una operación contra una red criminal china se salda con 121 detenidos

  • Policía y Guardia Civil iniciaron la investigación en septiembre de 2016 y se ha desarrollado en nueve fases hasta el pasado 22 de mayo, con arrestos y registros en diversas provincias 

La Guardia Civil de Ciudad Real y la Policía Nacional de Madrid han desarticulado una red criminal dedicada al tráfico de drogas, prostitución, falsificación de productos, extorsión y robo, una operación que se ha saldado con la detención de 121 personas, la mayoría de origen chino.

Según informa la Guardia Civil, la operación, denominada Canito Alfa-Brexit, comenzó en septiembre de 2016 y se ha desarrollado en nueve fases, hasta que se ha dado por concluida el pasado 22 de mayo con arrestos y registros en diversas provincias.

Las investigaciones se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de que ciudadanos chinos afincados en Madrid podían estar comprando al por mayor sustancias estupefacientes a españoles en varias provincias.

Se comprobó que esos españoles, que vendían marihuana, eran delincuentes conocidos, en su mayoría con numerosos antecedentes policiales por tráfico de drogas, y se detectaron ventas en localidades de la provincia de Ciudad Real,

El destino final de la droga eran ciudades europeas de países como el Reino Unido, Bélgica e Italia

Se creó entones un grupo de trabajo conjunto de Guardia Civil y Policía Nacional, que fue descubriendo la implicación de un gran número de personas en "una organización criminal en red, perfectamente organizada, estructurada y descentralizada y con una división clara y bien definida de los roles, tareas y funciones que cada uno de los integrantes debía de cumplir".

Los jefes eran ciudadanos chinos residentes en su mayoría en países europeos que viajaban puntualmente a España para adquirir la droga y que contaban con intermediarios para conseguir los proveedores.

Otros chinos afincados en España, administradores de sociedades mercantiles con domicilio social en el polígono industrial madrileño de Cobo Calleja, financiaban el tráficos de drogas a los llamados "jefes", al disponer de grandes cantidades de dinero gracias a la evasión fiscal.

En la red había también "transportistas", que se encargaban de la logística y envían las drogas por medio de empresas de paquetería postal, y "productores", que cultivaban marihuana en distintos puntos de España, como Ciudad Real, Toledo, Madrid, Ávila, Almería, Cáceres y Badajoz.

La organización llegó a exportar un promedio de 500 kilos de cogollos de marihuana a la semana, lo que supone un valor de mercado de unos 140 millones de euros, pero los agentes descubrieron que no era ése su principal medio de lucro ilegal, sino que la organización estaba dividida en seis "células", cada una de ellas compuesta por un jefe y con diferentes tipologías delictivas y zonas de actuación.

Una de ellas se dedicaba a la distribución de drogas sintéticas introducidas desde Holanda; para ello se usaban cinco chalets clandestinos y karaokes de varios lugares de la Comunidad de Madrid (Usera, Parla, Leganés y Getafe), donde la organización explotaba a diez mujeres de nacionalidad china.

Otra de las células se dedicaba a la inmigración ilegal y regularizaba de forma fraudulenta a las mujeres de origen asiático que posteriormente explotaban sexualmente en los chalets; y otro grupo extorsionaba a comerciantes chinos a los que prestaba dinero y posteriormente le exigía una cantidad superior a lo pactado, con agresiones físicas o robos con violencia.

Según las investigaciones, también había una célula encargada de falsificar productos que se distribuían en bazares y tiendas.

En la operación en la que además de los 121 detenidos hay siete personas investigadas, se realizaron 88 registros en las provincias de Ciudad Real, Toledo, Madrid, Ávila, Almería, Cáceres y Badajoz.

En ellos los agentes se incautaron de 40.000 plantas de marihuana, 1.900 kilos en cogollos de marihuana dispuestos para su venta, dos kilos de cristal (MDMA) ocultos en botes de leche infantil procedentes de Holanda, dos kilos de hachís y 500 gramos de cocaína.

Hallaron también 120 dosis de ketamina, 200 pastillas de éxtasis, 50 dosis de polvo de ángel, 40 dosis de una droga nueva denominada "té", prensas hidráulicas para adulterar cocaína y 150 kilos de sustancia de corte.

Encontraron asimismo una fábrica dedicada a la elaboración y falsificación de baterías de litio y memorias USB, un taller clandestino de falsificación de pantallas y otros componentes de teléfonos móviles, un cetme, fusiles, armas de avancarga, dos armas de fuego cortas, 16 vehículos de alta gama, una motocicleta y 275.000 euros en metálico.

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