Sociedad

Incontables réplicas sacuden varias ciudades de Chile despertando el temor en la población

  • Una semana después del terremoto los chilenos aún desconocen el número de víctimas mortales que provocó el seísmo y el posterior 'tsunami'.

El terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que los chilenos vivieron la madrugada del pasado sábado parece no terminar de castigar a los habitantes de ese país. A los devastadores efectos de uno de los peores seísmos de la historia del mundo, se han sumado innumerables y cada vez más fuertes réplicas que han rozado los 7 grados. Algunos medios cifran en más de 200 los temblores tras la tragedia.

Después la estela de terror por las muertes registradas, especialmente en aquellos poblados costeros donde la noche del terremoto se vivía la despedida del verano austral. Horas después, la devastación en carreteras y ciudades, miles de casas y edificios en el suelo. Más adelante, dos millones de damnificados que lo han perdido todo y que nadie sabe cómo seguirán adelante.

Los saqueos, los incendios y los asaltos por obtener comida, obligaron al Gobierno a sacar a la calle a unos 12.000 militares. Los tiroteos nocturnos, patrullajes y el refuerzo de controles en medio del toque de queda predominaron estos días en niveles que no se veían desde que el ex dictador Augusto Pinochet dejó el poder hace 20 años.

Errores de las autoridades

Nada parecía ser peor. Hasta que se conoció la sucesión de errores que impidieron dar el alerta oportuno de tsunami. Errores que pudieron salvar la vida de cientos y quizá miles de personas. Pero a pesar de que ya ha sido destituido el responsable del organismo que cometió "imprecisiones" al informar al Gobierno sobre la situación de peligro, el Servicio de Hidrografía y Oceanografía de la Armada (SHOA) ha quedado en tela de juicio por no alertar a tiempo.

Una semana después del terremoto, en la era de la información y en un país que se erige en América Latina como líder en muchas áreas como las comunicaciones y la aplicación de tecnología, los chilenos aún no conocen cuántas son las víctimas fatales y tampoco cuántas personas desaparecieron a causa del tsunami. Hasta el jueves, los muertos llegaban a los 808. Pero, al terminar el día, el Gobierno de Michelle Bachelet "precisó la cifra" y aseveró que son 279 los muertos identificados. Nada se dijo sobre aquellos cuya identidad no se ha determinado y menos sobre los desaparecidos de la tragedia.

Pero lo que podría ser más asombroso es que los protagonistas de esta serie de equivocaciones se culpan unos a otros. La gravedad de la situación ha revelado otros errores como que cuando Bachelet, a poco más de una hora y media del terremoto, quiso abordar un helicóptero de la Fuerza Aérea fue imposible ubicar al piloto especialmente designado para ese efecto, porque era fin de semana.

Por otra parte, esta ha sido una prueba de fuego, reprobada por cierto, para las comunicaciones en Chile. El país estuvo durante días sin comunicación telefónica y, en el momento de la emergencia de nada sirvió el récord de ser uno de los países con mayor cantidad de móviles por habitante. Ninguno funcionaba.

El jefe del Servicio Médico Legal (SME) de Chile, el forense Patricio Bustos, confió este viernes en que la cifra de víctimas mortales por el terremoto no aumente demasiado aunque advirtió del aumento de la dificultad de las tareas de identificación de los cadáveres encontrados debido a su deficiente estado, tras días sepultados por los escombros o a la deriva en el océano.

Ayuda de la ONU

En medio de este caos, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, llegó a Santiago para reunirse con Bachelet, a quien le expresó su solidaridad por la tragedia provocada por el devastador terremoto. Al término del encuentro anunció que ese organismo donará 10 millones de dólares (7,34 millones de euros) del Fondo de Respuesta de Emergencia Central para la reconstrucción de ese país. Ban se declaró conmovido por "el coraje y la resistencia del pueblo chileno". Por ello, anunció que "brindaremos todo el apoyo necesario a la mandataria chilena porque estamos muy impactados por la magnitud y la catástrofe que generó el sismo".

Por otra parte, Bachelet se comprometió este viernes a entregar al mandatario electo, Sebastián Piñera, que asumirá el poder el 11 de marzo, información detalle relacionada con las acciones emprendidas para atender la emergencia desatada por el terremoto. Bachelet garantizó que las autoridades entrantes recibirán toda la información necesaria para conocer en profundidad la situación causada por el terremoto y dijo que, en este momento, cuando "las diferencias políticas pasan no a segundo, sino a tercer y cuarto plano". "Ante la catástrofe, lo que importa es unirse y unir todos los esfuerzos para ir en auxilio de nuestros compatriotas y más tarde para poner al país de pie", dijo la gobernante.

Detenciones

Las fuerzas de seguridad chilenas detuvieron en las últimas horas a 233 personas por saqueos y por violar el toque de queda en las regiones de Maule y Biobío, las más afectadas por el terremoto del pasado sábado. Carabineros (policía militarizada) informó de que la mayor cantidad de detenciones se produjo en Biobío con 209, seguido de la localidad de Chillán, con 73 personas, seguida de la ciudad de Los Ángeles con 43 aprehensiones. En la región del Maule, una de las más afectadas por la tragedia, fueron detenidas 24 personas por violar el toque de queda que impuso el pasado fin de semana el Gobierno de Michelle Bachelet ante los saqueos y disturbios que tuvieron lugar en las zonas devastadas por el seísmo, aunque el Gobierno asegura que la ayuda internacional poco a poco comienza a llegar a los afectados.

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