El rescate de los 33 mineros atrapados en Chile, la mayor operación de su tipo en la historia, terminará esta semana con una serie de hazañas, peleas y vanidades enmarcadas en uno de los desiertos más secos del mundo. Combatientes de la guerra de Iraq, astronautas, amantes y esposas abrazadas, payasos callejeros, psicólogos y técnicos mineros constituyen el micromundo que gira en torno al rescate de los mineros y sus familias en la bocamina del yacimiento San José.

La operación, que para muchos era imposible en un inicio, será transmitida en vivo a cinco continentes por 1.600 corresponsales e incluso es posible que los propios mineros presencien por televisión a 700 metros bajo tierra su inédito rescate. La mayor hazaña, sin duda, es psicológica. No en vano los trabajadores resistieron ordenados y sin conflictos durante 17 días y sin contacto con la superficie, comiendo dos cucharadas de atún y una de leche cada dos días. En esas horas, "el momento más duro fue cuando falló la primera perforación que iba hacia la galería donde estaban atrapados", dijo el psicólogo jefe del rescate, Alberto Iturra, ex asesor de medallistas olímpicos de tiro al blanco.

Los conductos de apenas diez centímetros de diámetro y 700 metros de largo constituyen el cordón umbilical por el cual las fuerzas de rescate envían alimentos, mensajes y vituallas a los mineros, estableciendo además comunicación telefónica y por videoconferecias. "Bajo un mar de rocas, estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno", dijo por teléfono el jefe de turno de los trabajadores, Luis Urzúa, en diálogo con el presidente Sebastián Piñera el 24 de agosto.

La oscuridad perpetua de esos días, la humedad y los 35 grados de calor subterráneo eran el entorno en el que sobrevivían estos trabajadores, muchos de los cuales apenas empezaban su vida como mineros, como el metalúrgico Raúl Bustos, superviviente del terremoto de febrero. "Son gente increíble, si hoy paráramos el rescate, no tengo dudas que ellos saldrían por sus propios medios, escalando con palas y picotas", sostuvo el psicólogo Iturra.

Pero la hazaña técnica también es enorme. Que las perforaciones llegaran justo a la galería en que estaban los mineros es casi como acertar a una aguja en un pajar, pero a 700 metros de distancia. En la operación participaron los mejores expertos del mundo, tanto de la cuprífera estatal Codelco, como de mineras privadas, quienes finalmente abrieron el túnel vertical que permitirá el rescate, liderados por el jefe de la operación, Andre Sougarret. También vinieron expertos de la NASA especializados en vida en condiciones aisladas, liderados por el subjefe médico de ese organismo, James Duncan, con la idea de proveer tácticas e insumos que facilitaran el rescate. "Estoy muy impresionado por el nivel de detalle de lo que se ha implementado para el rescate", dijo el experto.

En torno a ello, las familias de los mineros tejieron su propia epopeya. Dejaron su vida y alzaron con carpas un villorrio en la bocamina al que pusieron el nombre de Campamento Esperanza, en una zona donde la temperatura varía de 35 grados sobre cero a cinco grados bajo cero. "Yo no me voy de acá hasta llevarme a mi hijo", dijo Alicia Campos, madre de Daniel Herrera, un transportista que quedó atrapado bajo tierra de casualidad.

Los medios, más numerosos que los rescatistas y los familiares, han construido un reality interminable. Desde las primeras horas del día los familiares dan una y otra vez las mismas respuestas y reciben ofertas para mostrar su vida los meses próximos. Hay enviados de Corea del Sur, Sudáfrica, China, Alemania, Argentina, España y Brasil, entre otros, que tras la larga espera han labrado amistades con los familiares de los mineros, con quienes almuerzan a diario. Pululan desde periodistas freelance que venden sus noticias día a día hasta estrellas de la televisión que pagan hasta 350 dólares por noche por dormir en carpas de lujo instaladas en la mina. Todo, en definitiva, dispuesto para el rescate que comenzará el miércoles y concluirá, si no hay problemas, el jueves.