Están en el punto de mira de autoridades sanitarias, administraciones y una población que los mira de reojo buscando culpables de los rebrotes de coronavirus que se extienden por todo el país y por medio mundo.

Lo cierto es que los datos son los que son: globalmente, los casos de de coronavirus entre jóvenes (de entre 15 y 24 años) se han triplicado en verano. Hans Kluge, jefe de la oficina europea de la OMS, reveló que se han incrementado desde una tasa del 4,5% en marzo a un 15% en julio. En España, la media de edad de infectados por el virus se ha reducido considerablemente.

A principios de abril, según los informes del Instituto de Salud Carlos III, se situaba entre los 50 y los 59 años. En agosto era ya de entre los 30 y los 39. En términos globales, actualmente la media de edad de los contagiados está cerca de los 40 años, cuando en el pico de la pandemia era superior a los 60.

A pesar de que el Consejo Andaluz de la Juventud, entre otras instituciones y entidades, han pedido que no se estigmatice a la población joven, desde las comunidades autónomas, entre ellas Andalucía, se han seguido tomando medidas para restringir especialmente el ocio juvenil: discotecas cerradas, bares que deben cerrar a la 1 o la petición a los ayuntamientos para que no se pueda acceder a las playas de madrugada van en ese sentido.

También se están haciendo campañas dirigidas a los jóvenes apelando a su responsabilidad para evitar la propagación del virus. La última, del Ministerio de Sanidad, les recuerda algunas de las normas básicas para evitar los contagios.

Bajo el lema #EstoNoEsUnJuego, el Gobierno ha lanzado un vídeo, cuñas en radio, cartelería y diferentes mensajes en redes sociales dirigidos al público juvenil en los que se les recuerda que “si no seguimos las recomendaciones sanitarias ponemos en peligro nuestra vida y la de los demás”.

De este modo, en la campaña piden a los jóvenes que extremen las precauciones en todos tus encuentros, pero muy especialmente con aquellas personas que no sean de su entorno habitual. Además, el Gobierno insiste en la necesidad de utilizar la mascarilla, mantener la distancia de seguridad y una adecuada higiene de manos.

La campaña #EstoNoEsUnJuego ofrece imágenes impactantes y contrapuestas en las que se conectan situaciones de fiesta en conciertos, discotecas o botellones con otras en hospitales, en los que las personas mayores aparecen como víctimas colaterales.